A los colombianos nos ha tocado duro, hemos “sobrevivido” a una guerra civil perpetuada por más de 50 años de la cual hay gente (como yo) que no conoce otra cosa, estamos completamente aburridos porque tenemos una serie de injusticias sociales y un desbalance que no hemos podido arreglar con los años y eso nos convirtió en unos peleones por naturaleza.
Peleamos por todo, la intolerancia es nuestro peor cáncer, somos hijos problema de padres divorciados y eso nos convierte en fosforitos para cualquiera que ose “deshonrar” nuestra dignidad. Cada que alguien en cualquier rincón del mundo se burla de nuestra condición de productores de cocaína llegamos hasta niveles consulares para que esa persona se retracte de algo que lastimosamente sí es verdad. La víctima del momento es la multinacional Starbucks que no le está haciendo competencia a los vendedores de tintos ambulantes sino a las tiendas masivas de café que ya de por sí están abusando con sus precios y pésimo servicio al cliente.
No soy “pro yanqui” ni nada por el estilo, y considero que la maquila china está exterminando no solo con la industria colombiana sino la mundial, con sus precios increíblemente bajos gracias a las inexistentes garantías laborales para sus trabajadores. Pero en este caso en específico ingresó una de las mejores empresas para trabajar en el mundo, garantizando la venta de café colombiano y cambiando un poco la forma de servir café en donde su política de “si no le gusta se lo volvemos a hacer” no es una filosofía muy popular en estas tierras.
Creo que los colombianos sentimos esto como un cachetadón porque el café es el producto insignia del país, pero también es cierto que Oma y Juan Valdez son marcas que descuidaron su calidad y servicio en pro de la proliferación y un impulso externo le sería muy provechoso a los consumidores.
Yo no soy de las que hago fila de 3 horas por un café, pero si la hacen allá ellos, hasta me podré burlar, pero ya sentir la indignación y repudio que he visto en muchos, siento que como colombiana me da miedo el nivel de agresividad e intolerancia al que hemos llegado, vivan y dejen vivir que el odio solo envenena a quien lo siente, entiendan a fondo las situaciones y no amen u odien algo porque todos lo hacen, siempre es importante tener una opinión propia.
