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Parece increíble que, con tan solo 28 años, Dylan haya decidido echarse al hombro la pesada carga de unirse a la ‘Guardia campesina’. Con mucha seguridad y sin titubear, el joven admite que, a pesar de haber perdido su identidad campesina, gracias a la labor que hace ha podido recuperar algo de ella.
En sus relatos, Dylan asegura que, aunque su labor significa un gran reto, lo hace con gusto para poder proteger la identidad de su comunidad. Y es que no muchos en su posición se enfrentarían a los grupos indígenas que los rodean y que, como cuenta él, los han atropellado. Aun así, no habla con resentimiento acerca de aquellos que los atacan, por el contrario, su voz refleja la paz que solo los paisajes del Cauca le pueden ofrecer a una persona.