Los resultados de las elecciones legislativas celebradas el domingo en Francia colocan al presidente del país, Emmanuel Macron, en una tesitura delicada: aunar esfuerzos para lograr apoyos y poder gobernar un país sin mayoría absoluta y ante la fuerte irrupción de la izquierda en el Parlamento.
Queda en el aire el futuro de la primera ministra, Elisabeth Borne, que será sujeta a una moción de censura y podría ser obligada a dejar el Gobierno. Los partidos de izquierda ya han abogado por impulsar su salida y han asegurado que "lo lógico" es que dimita, si bien se necesita mayoría absoluta para sacar adelante una moción de censura, algo improbable dada la nueva configuración del Parlamento.
Todo apunta a que Macron y su alianza tendrán que trabajar para recuperar el control perdido ante un panorama incierto de discordia nacional que podría desembocar en una Francia ingobernable.