Con la llegada de Gustavo Petro al poder, el revolcón en las Fuerzas Militares fue inevitable cuando de un plumazo descabezó a 50 generales. Sin embargo, el presidente no tocó ni se metió con oficiales de otros grados, entre ellos los ahijados de Eduardo Zapateiro que se conocen en las filas del Ejército como “zapateiros”.
En noviembre de 2021 cuando Eduardo Zapateiro era el máximo comandante del Ejército, con el presidente Iván Duque como su gran aliado, a puerta cerrada un comité evaluador de generales encabezado por el entonces ministro de Defensa Diego Molano, definió los nombres de los 17 coroneles -conformado por 11 oficiales del Ejército, 5 de Fuerza Aérea y 2 de Armada- que en enero de este 2022 harían el Curso de Altos Estudios Militares (CAEM) en la Escuela Superior de Guerra para ascender. La mano de Zapateiro se hacía sentir.
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Sin embargo, ser seleccionado para hacer el curso que termina a finales de este mes, no es suficiente para ser general. Los candidatos necesitan de la aprobación del Senado que deberá votar, a favor o en contra, de cada uno. Anteriormente en el gobierno Duque los ascensos eran votados a favor en los sectores políticos tradicionales con excepción de la oposición que ahora es mayoría.
En el gobierno de Iván Duque las ceremonias de ascenso se hicieron por todo lo alto en la Escuela Militar de Cadetes José María Córdoba. El entonces presidente se alargaba en sus discursos de hasta una hora, mientras llamaba héroes a los militares y finalizaba gritando “¡Ajua!” (Arrojo, Justicia, Unión, y Abnegación). En diciembre de 2020, él mismo Duque fue quien le dio la bendición a Eduardo Zapateiro cuando ascendió a general.
Este año la ceremonia que se celebra en diciembre será diferente. En el Ejército se preguntan si Gustavo Petro mantendrá intacta el protocolo presidencial de dar un discurso a los nuevos generales o si será el ministro de Defensa Iván Velásquez quien se remangue en su reemplazo.
En el 2023 la mano de Zapateiro podría sentirse aún más en el Ejército. Una de las movidas claves que hizo con el apoyo presidencial de Duque, antes de su retiro, fue dejar atornillados a 20 de sus ahijados encarrilados en la ruta hacia sus primeros soles como generales. Fue así como se bloquearon los 20 cupos del CAEM 23 –Curso de Altos Estudios Militares- requisito obligatorio para ascender a General. No fue solo un guiño hacia la rosca de Eduardo Zapaterio, sino que también quedaron definidos los coroneles que serían ascendidos en 2023.
De 64 coroneles del Ejército que aspiraban a ser general solo fueron seleccionados 11, entre los que Zapateiro dejó anclados al menos tiene 5 ahijados, entre ellos el coronel Johny Hernando Bautista Beltrán y el coronel Rodrigo Andrés Gamba Rojas.
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