Después de haber presentado su plan de desarrollo al país, el presidente Iván Duque tiene en mente lo que será su plan de gestión para los próximos años de su gobierno. Es un plan ambicioso y que se ocupa de fortalecer las regiones. Sin embargo, hay una región que, aunque no tiene territorio, en masa poblacional es casi como hablar de Nicaragua o El Salvador y se quedó por fuera.
Los colombianos no fueron tenidos en cuenta en el plan de desarrollo a pesar que le aportan al país más de seis mil millones de dólares al año en remesas que ayudan al desarrollo de las regiones más importantes del país. La comunidad internacional, que debería tener en su representante un vocero para que le transmita al ejecutivo las necesidades de la comunidad que representa, se ha dedicado al postureo y a presentar balances de una pobre gestión en favor de quienes dice representar. Es inconcebible que siendo congresista del partido de gobierno no tenga la capacidad de gestión para que su propio presidente incluya a la diáspora en sus prioridades.
Ese representante se llama Juan David Vélez, quien apareció en la escena política primero como asesor de la Senadora Tania Vega, también como según él mismo lo afirma, “soy un miembro fundador del Centro democrático”. Adicional a esto, llegó después de haber cumplido su gestión en el Senado, a la comunidad internacional en paracaídas, para después adelantar la campaña por el referendo por la paz impulsando el No y después de esa campaña, de la noche a la mañana se impuso como candidato del Centro Democrático por los colombianos en el exterior. Su votación de casi 34 mil votos fue dada por el movimiento y la imagen del expresidente Uribe, mas no porque la mayoría del colectivo en el exterior supiera quien es Juan David Vélez o porque su trabajo hubiese sido muestra de su votación. De ahí que en la actualidad estemos ante una crisis de representación no solo porque Vélez se ha dedicado a hacer política con la curul en favor de la crisis venezolana, defendiendo a líderes de su partido, promover proyectos de ley que no son incluyentes como el proyecto de ley 196 de 2018 Cámara, en donde se crea un seguro obligatorio para la diáspora generando beneficios para unos cuantos. También fue uno de los que en el exterior estuvo invitando a la gente a no votar consultas democráticas como la consulta anticorrupción.
La curul de Vélez es la única en el exterior. Antes existían dos, pero una se eliminó por medio del acto legislativo 01 del 15 de julio de 2013, para dársela a los raizales de San Andrés, y , a la fecha, ni los raizales tienen esa curul, y ni los colombianos en el exterior están bien representados ya que Vélez se ha dedicado a todo menos a abogar por la diáspora.
Ya en varios debates electorales en campaña para la cámara de representantes habíamos pronosticado que la gestión del representante Vélez sería pobre por no decir inexistente. Y ahora, preciso en esta coyuntura, vemos cómo los colombianos en el exterior se quedan por fuera del plan de gobierno de Iván Duque.
El plan de desarrollo en su artículo tercero contempla tres pactos basados en la legalidad, emprendimiento y equidad. En lo referente a pacto de regiones, los colombianos en el exterior no son incluidos a pesar que aportan más de seis mil millones de dólares a la economía. ¿Acaso los colombianos en el exterior no son una región también? El pacto de regiones el cual se referencia en el punto que hace referencia a la equidad, es excluyente al dejar por fuera a la diáspora. Otro ejemplo de exclusión es el artículo 92, que nos habla de los procesos de digitalización del estado y facilitar más el acceso al estado por parte del ciudadano. Por ningún lado se habla de la diáspora y digitalizar la inscripción de cédulas, derecho al sufragio, y servicios consulares que permitirían asegurar más allá del verso y promesas sin fondo que estos objetivos ya consagrados en la ley 1465 de 2011 se cumplan.
Si se revisa con cuidado el plan de desarrollo, por ningún lado se hace mención a la diáspora y mucho menos se habla de procesos de inclusión para esta comunidad. Yo quisiera pensar que el presidente Duque, quien sacó una votación muy alta en el exterior, sabe muy bien de la importancia que tiene la diáspora para el país. Asumo que sus asesores, incluidos aquellos que residen en el exterior, poco o nada han hecho para hacer hincapié de la importancia de articular políticas públicas que ayuden a cerrar la brecha entre aquellos que viven en Colombia y la diáspora. A la hora de la verdad es una ecuación muy simple; existen una cantidad de propuestas que no pretenden pedirle al gobierno nada distinto a que se reconozca la enorme contribución de la diáspora al país, y que se busque incluir a estas comunidades en los planes de desarrollo de Colombia para que no se continúe con la tendencia de tener a casi seis millones de colombianos en el olvido total.
Aquí la pregunta es clara para el gobierno colombiano ¿Por qué no se incluyó a la diáspora en el plan de desarrollo del presidente Iván Duque? Esperemos haya una respuesta lógica para esto y que no sea que se olvidó por completo a quienes contribuyen tanto al país. Las historias detrás de esos seis mil millones de dólares deben ser respetadas y valoradas. Aquí, mi intención no es atacar o descalificar la gestión del presidente, pero si hacer un llamado de atención de un tema que solo se puede entender cuando se conoce de primera mano, como lo hecho yo, viajando por el mundo, y entendiendo la problemática de una población migrante colombiana que pide a gritos que se le escuche, atienda y que no se le olvide. Presidente Duque, este llamado se hace con respeto, pero también exigiendo que se le dé prioridad a esta comunidad tan olvidada y que solo se le busca para venderle viviendas o para que voten. De resto es como si no existiera.
Finalmente, es hora de articular políticas públicas que incluyan a los colombianos en el exterior y esperamos nuestro llamado sea escuchado no solo por el ejecutivo sino por el legislativo que está en mora de crear un gran marco para las migraciones que sea incluyente y resuelva las necesidades de representación, atención y acompañamiento que tienen los colombianos en el exterior.