Un nuevo debate se dio en la Cámara de Comercio de Bogotá. La advertencia fue clara desde el principio: el director del diario El Portafolio, Ricardo Ávila, y Mauricio Reina, de Fedesarollo, le exigieron a la gente y a los candidatos altura en el debate. Los ataques directos, los caldeados ánimos del público estaban prohibidos, sin embargo, en la primera media hora los asistentes ya estaban lanzando arengas y los candidatos tenían listo el dedo para señalar las fallas del otro o de sus cercanos. Los grandes ausentes: Viviane Morales, que parece nunca fue tenida en cuenta, y Sergio Fajardo, que se reunió con los estudiantes en la Universidad Tecnológica de Pereira.
El crecimiento económico durante los últimos 10 años fue producto, en su mayoría, por el auge del petróleo. Cuando llegó la crisis, el sector de la infraestructura entró a hacer el relevo, pero también se desinfló en el camino y hoy el país esta arañando los puntos para crecer a la mitad de lo que creció hace una década.
Reducir impuestos, subir impuestos, tapar el hueco fiscal, ayudar a las empresas, ayudar al agro; las propuestas eran claras y se mantenían como ya lo veníamos escuchando en los últimos debates. Mauricio Reina arrancó con una introducción que le sacó una sonrisa a Germán Vargas Lleras: reducir los impuestos a las empresas genera significa que el Estado no recibirá tanta plata. Iván Duque, otro de los candidatos que va en contravía a lo dicho por Reina, también soltó la risa. El debate estaba servido, era más fácil ir estar en desacuerdo y tener protagonismo.
Gustavo Petro, quien fue el primero en intervenir, le puso un ultimátum al petróleo: en diez años Colombia no debería seguir dependiendo del petróleo. Sin embargo, Duque no demoró en responder y quiso “aterrizar” la propuesta del exalcalde de Bogotá: “La economía colombiana está amarrada al petróleo”. Los ataques fueron contundentes y el candidato del uribismo comparó la propuesta de Petro con el modelo que implementó Hugo Chávez. Aunque Venezuela siempre ha sido un tema importante en los debates, el chavismo y los ataques de miedo hasta el momento no habían aparecido.
Iván Duque parecía estar jugando de local, mientras que unos tímidos aplausos se escuchaban con las intervenciones de Petro o Humberto de La Calle, cuando Iván Duque hablaba las ovaciones se hacían notar. Incluso Mauricio Reina lanzó el comentario: “acá hay 20 personas que parecen 1.000”.
Sin embargo, ninguno de los candidatos quiso perder protagonismo, y De La Calle no demoró en centrar su propuesta económica en la gente pobre. “Primero los pobres, y no es solo un slogan, no es carreta, esa será mi política de gobierno”. La respuesta de Mauricio Reina fue contundente, aunque al público no le gustó por el tono “clasista” de su intervención: “Nosotros ya no somos un Estado pudiente, pero aún mantenemos una política asistencialista, de subsidios que ya son viables”. De La Calle no quiso quedarse atrás, y no solo le devolvió la pelota a Reina, sino también a Duque. Su respuesta criticó al candidato del Centro Democrático porque no contemplaba a la gente, solo pensaba en los números y las cifras que esperan crecer con plata en mano.
El público no acató la advertencia del inicio y a los 20 minutos recibió su primer regaño. Ni a Ricardo Ávila, de Portafolio, ni a Mauricio Reina les gustó que la gente interviniera en el debate. Aunque fue pensando más como un foro, fue el público el que le inyectó la energía para que los candidatos salieran de su zona de confort y tomaran aire para hablar concretamente.
Con las preguntas entre candidatos los señalamientos tomaron forma. En los últimos debates se ha visto una agresiva complicidad de Germán Vargas Lleras con sus contrincantes. Cuando las cámaras de televisión no los apuntan, los candidatos no son los enemigos que parecen, pero en los atriles de debate cada vez esto se ve menos. “A mí no me cuadran sus cuentas, Gustavo (Petro), a pesar de que he escuchado sus propuestas varias veces”, le dijo el ex vicepresidente. “Recuperando la plata de los pagos que no se están haciendo”. Fue corta la respuesta de Petro, pero el contraataque salió sin previo aviso: “Usted, Germán Vargas, hizo las casas gratis con la plata del petróleo, al igual que Nicolás Maduro en Venezuela”.
Humberto de la Calle quiso darle juego a Vargas Lleras y le hizo una pregunta que le dio el espacio para explayarse en su propuesta. El jefe de Cambio Radical, al final del debate, le devolvió el favor, y le pidió al exnegociador de paz que explicara cómo iba a impulsar económicamente los acuerdos de paz: “le voy a hacer una pregunta para que se luzca en este auditorio, Humberto”.
Iván Duque parecía ser el candidato que más quería cazar pelea. Desde Ayer en redes sociales hubo un enfrentamiento entre Gustavo Petro y Álvaro Uribe Vélez. Duque se fue contra el mismo enemigo, y no bajó al exalcalde de chavista y socialista. “Lo que genera empleo en Colombia es la empresa y un sistema tributario simple. Usted lo que quiere es reproducir el chavismo en Colombia”. Duque también le dijo socialista cuando Petro propuso un financiamiento a la primera infancia, tanto en salud como en educación. “Mi propuesta no es socialista, doctor Duque, hay que aprender, eso se llama democracia”. Sin embargo, el exsenador del Centro Democrático no se quedó atrás en el ataque: “Es cierto, doctor Petro, eso no es socialismo, eso es chavismo… Yo propongo un país en el que no persigamos la inversión y es peligroso que alguien quiera acabar con la principal fuente de recursos del Estado de un plumazo”. Duque no se contuvo y se despachó contra todos los candidatos.
Sin embargo, la estrategia de sacar a relucir el chavismo y el socialismo como un modelo que produce miedo, que en redes sociales parece funcionar bastante bien, no fue tan aplaudido en el auditorio de la Cámara de Comercio de Bogotá. Los abucheos empezaron de a poco, pero obligaron a Iván Duque y a Mauricio Reina a pedir silencio. Definitivamente la movida de ataque no le salió a Duque como esperaba.
Los candidatos tienen propuestas distintas en materia económica, eso es claro. Fedesarrollo y el diario Portafolio les propusieron un modelo sobre el cual tenían que debatir; sin embargo, ni Vargas Lleras, el hombre de la institucionalidad, ni Gustavo Petro, el hombre que quiere dejar de depender del petróleo, o Iván Duque, quien quiere impulsar principalmente la empresa privada, se ajustaron a la cancha en la que los querían poner a jugar. Las perspectivas varían mucho; Duque quiere bajar los impuestos y congelar el impuesto predial durante 10 años; Vargas Lleras también bajaría los impuestos para aumentar la oferta de empleo; Gustavo Petro subiría el impuesto a quienes tengan tierra no productiva; Humberto de La Calle bajaría los impuestos y también se alejaría del petróleo, pero no congelaría el impuesto predial, mucho menos el rural.
Al final, Duque y Petro lograron protagonismo porque se enfrentaron con sus propuestas. El exalcalde de Bogotá tenía ansias de enfrentarse al candidato del Centro Democrático, y en un tono amable pero retador en el debate de RCN se lo dejó claro: “lástima, no pudimos debatir esta vez, será en el próximo”.
Todavía faltan varios debates por delante, pero los candidatos ya se la juegan el todo por el todo con sus posturas cuando solo faltan 5 semanas para la primera vuelta.
