Los últimos dos meses han definido el camino de la Justicia Especial de Paz (JEP). En marzo, la Corte Constitucional decidió sobre la reglamentación y posteriormente devolvió la ley al gobierno para que la sancionara, debido a que este no argumentó las inconveniencias en las objeciones a la JEP. Con esto se salvaguarda la democracia, honrando los acuerdos de Estado y manteniendo el equilibrio de poderes.
A pesar de lo anterior, el gobierno continuó neciamente su camino en objetar seis artículos de la JEP, pero el pasado 8 de abril la Cámara de Representantes le envió un contundente mensaje al gobierno, en relación a la no aprobación las objeciones a la JEP; sin embargo, en una forma de cinismo quieren recibir una nueva derrota, en la votación del próximo lunes 29 de abril en el Senado, donde ya se consolidaron las mayorías para negar las objeciones a la JEP por parte de los Partidos Liberal, Cambio Radical, la U, la Alianza Verde, el Polo Democrático y demás fuerzas alternativas.
El mensaje del congreso al gobierno es claro, debe buscar una bandera propia de gobierno ya y definir el rumbo al cual quiere conducir al país. Los colombianos queremos un mejor mañana, no seguir mirando por el espejo retrovisor con la discusión inocua del sí o no a la paz, esa página ya se escribió. En el gobierno de Uribe la bandera fue la seguridad y en el de Santos la búsqueda de la paz, en este no hay ninguna diferente a la necedad de las objeciones de la JEP y el país es el que pierde porque tiene temas más prioritarios para llevar a la agenda política.
La paz es un propósito de orden superior para el pueblo colombiano, después de más de medio siglo de conflicto es más que justa y necesaria, a pesar de que el acuerdo no fue perfecto, se hizo justicia con un pueblo agobiado por la violencia, que era el que ponía los muertos en ambos bandos, los desplazados y las víctimas; mientras hay personas que desde la barrera añorar volver a la guerra y todo por obtener réditos políticos. Lo más importante de este proceso, es que se sepa la verdad, en especial saber quiénes ayudaron a financiar el conflicto, así como los que beneficiaron del mismo en términos económicos y políticos.
Por último, esperamos que la próxima elección que se avecinan para finales de octubre los candidatos del partido de gobierno tengan algo más que ofrecer en sus propuestas, diferentes al acuerdo de paz. Es el momento de centrarnos la construcción de consensos legítimos sobre lo fundamental, mediante el diálogo civilizado y no la polarización, estrategia que le funcionó bien al actual presidente en campaña; pero no debe ser más el conducto del actual gobierno.
“La verdad no muere aunque la cubra y eclipse transitoriamente el huracán de las pasiones” Sergio Arboleda en el discurso académico sobre El Quijote.