Por instinto de supervivencia, las crisis ponen a la humanidad a pensar en cómo salir de ellas, me pregunto o pregunto, ¿podemos avanzar hacia un país mejor después de la liberación del Covid-19?. La respuesta tiene que ser sí, siempre hay y habrá oportunidad para ser laboriosos, responsables y creativos; para el mal o para el bien, para dar o quitar, para ser bondadoso o maléfico siempre hay iniciativas, las que hay que controlar o regular desde el Estado a través de sus instituciones de manera rápida y oportuna, como se está haciendo con la pandemia del 2020, que buen ejemplo de eficiencia y eficacia están mostrando las administraciones públicas – con algunas excepciones.
Surge otra pregunta, ¿por qué no actuamos así siempre? quien entiende como un país como Colombia, con dos costas – hay países que claman por un pedacito de mar –, diversos climas, llanuras, mesetas, montañas, desiertos, infinidades de ríos, gente pensante, música de exportación, etc, no sea capaz de tener mejores niveles de bienestar social, dónde ha estado la falla, la crisis nos está mostrando la respuesta. Esa disciplina de los funcionarios y de la ciudadanía está dando resultados señores, esa actitud es la que tenemos que seguir aplicando ya en libertad, entendámoslo de una vez por toda, para vivir en un país mejor, hay que ser y hacer todo lo anterior, el paraíso terrenal o el infierno por definición está aquí, eso está escrito.
El presidente Duque lo entendió en campaña y lo está ignorando como gobernante. No podemos competir en matemáticas, física, química, biología – las ciencias exactas – porque no poseemos la disciplina ni la tecnología para hacerlo, competimos en medicina y en derecho, trabajo social, sociología, psicología, administración de empresas – las ciencias inexactas – porque tenemos el talento para hacerlo. Para hablar ñinga, siempre estamos listo.
Si el presidente llegó ya entendido, ¿por qué los resultados no han sido mejores? ¿dónde están los beneficios de la economía naranja? ¿dónde están las evidencias reales de esta propuesta política, que caló entre los colombianos? Entendemos lo difícil del momento y lo difícil que es gobernar, pero si se gobierna con la agilidad, buen juicio y con el sacrificio personal que eso implica, con seguridad que vamos a tener mejores resultados económicos y sociales con el apoyo a las industrias creativas, la cultura, el deporte y el turismo.
Con la liberación del maldito covid-19, el país tiene que reinventarse – la palabra de moda – , la estructura actual del estado no es la más adecuada para lograr objetivos de largo aliento, el funcionamiento del Banco de la República tiene que cambiar, funciona bien en épocas normales, pero en épocas de crisis es un obstáculo; los organismos de control deben estar encima del queso, cuidándolo de los ratones, el contralor general lo está demostrando; el sistema de contratación pública es otro obstáculo, las necesidades sociales andan en avión y las soluciones en burro, para no usar frase del que fue presidente, jamás se resolverán con el sistema actual de contratación; la reforma a las regalías del gobierno anterior fue un fracaso (los dos artículos 360 y 361 de la constitución más largo del mundo, guinness record), billones de pesos en las cuentas del Minhacienda, esperando ser ejecutados, pero las revisiones y evaluaciones tardan uno, dos o más años en aprobar proyectos que necesitan las comunidades, los proyecto no lo aprueban los alcaldes ni los gobernadores sino los técnicos de planeación, que son y serán siempre insuficientes; con la tutela los jueces se vuelven ordenadores de gastos sin ser elegidos ni conocer los presupuestos de las entidades, ¿quién entiende eso?
Se eligen senadores y representante con menos voto que concejales; la oposición política se acentúa en medio de la pandemia, cuando todo el mundo intenta sobrevivir; El ejército y la policía no pueden actuar, por miedo a las IAS y a los jueces ; la producción nacional lejos de competir con la internacional, en fin.
Este es un país de locos, este país, hay que reinventarlo, no se puede vivir con una constitución hecha para ángeles y querubines en medio de tantos demonios sueltos, se requiere de un plebiscito. Presidente Duque agilice sus propuestas una vez se calme esta pandemia, se lo sugiero humildemente desde un chinchorro en la Guajira.