Recién graduada de economía de la Universidad Nacional, la santandereana Jennifer Pedraza ha sido representante en el Consejo Superior y fue la vocera de los estudiantes en el Comité Nacional del paro. Vivió de cerca las fallidas negociaciones con el gobierno Duque que después de 40 días de paro nacional quedaron en nada. Este 20 de julio volverán a salir a la calle.
Qué sigue después de este mes de mayo caliente, con desborde en algunas ciudades, pero con miles de jóvenes haciendo oír sus voces recordando que al menos el 33% de los jóvenes son ninis, que no tienen ni estudio ni trabajo. Quieren asegurarse de que hayan cambios y que el país no regrese al mismo punto, como explica Jennifer Pedraza en esta conversación con Juan Manuel Ospina.
Juan Manuel Ospina: Que bueno esta oportunidad, para ir entendiendo. ¿ Cómo fue la experiencia del trabajo del Comité Nacional del Paro? Veo que ya el 20 de julio va a ver nuevamente marchas para apoyar los proyectos que van para el congreso en vista de la incapacidad del gobierno Duque de siquiera sentarse a estudiar los puntos del Pliego de emergencia
Jennifer Pedraza: Me queda clara la necesidad de articular los distintos sectores del movimiento social. Hubo una falencia y fue no poder recoger la participación masiva de sectores importantes de la sociedad, juveniles, que no son estudiantes ni trabajadores, un 33% que son los llamados Ni Nis, que se movilizaron por su cuota por la crítica situación que atraviesa el país. El paro nos cogió con unos niveles muy bajos de organización en esos sectores y no fue fácil llegar a ellos.
JMO.: Me parece que lo que está apuntando muestra un derrotero a futuro que hay que aterrizar. Aprovechar una experiencia de organización que está en la base social estudiantil y de trabajadores pero además entender que si bien hubo una expresión nacional el movimiento tiene una base local, territorial, que puede llegar hasta el barrio, que hay que saber leer.
JP.: Yo iba revisando los pliegos de los espacios locales, me pareció impresionante el nivel de sintonía que existía con las banderas nacionales que fueron las articuladores. Los temas que movilizaron fueron el NO la reforma tributaria, la reforma a la salud, a la represión, la decisión de militarizar las capitales. Leí pliegos de los puntos de resistencia que no llegaban al Comité Nacional del paro y encontré que estos estaban recogidos en los puntos del Pliego nacional de emergencia. En la encuesta de Cifras y Conceptos el 63% de los jóvenes se sentía representada en el Comité, quedaba un 37% muy movilizado coincidía.
A pesar de que organizativamente no coincidamos, el hecho de estar de acuerdo en puntos programáticos y en la lectura política que tenemos del país, es un gran acierto lograr recoger las indignaciones. El tema de la organización a futuro es otro asunto.
JMO.: Me pusiste a pensar, es que no se puede ser drástico con que si esto es local o nacional. Se trata más bien de generar sinergias
JP.: Yo diría, aprovechar la indignación nacional para fortalecerse.
Lograr que esa interrelación funcione para incluir reivindicaciones locales. La gente exigía a sus mandatarios regionales asumir una posición política sobre lo que pasaba en el país, como en el tema de la represión. Muchos incluso reconocieron: la policía no está respondiendo a mis órdenes
JMO.: A todas estás, donde está la dimensión política, las propuestas políticas, la política como la conocemos ¿está por fuera?, ¿Qué política se necesitaría para responder a las nuevas dinámicas que presenta la sociedad? Este es un gigantesco desafío para la política y la veo paralizada.
JP.: Como pasmada
JMO.: Asustada y rechazada. El que llegue ahora como político a uno de esos puntos de resistencia, sale con la cola entre las patas.
JP.: Hay dos partes, una por el lado de la política y otra por los manifestantes. Entiendo el malestar que hay con los políticos, nada más miremos la historia para entender ese rechazo. Yo he estado allí y entiendo esa desconfianza. Yo pensaba mucho eso, todos los políticos son iguales y comprendo la desconfianza, pero la verdad si seguimos repitiendo ese cuento no va a haber ni siquiera la posibilidad de poder elegir personas diferentes en los cargos de dirección del país.
Es que en las pasadas elecciones el 68% de la juventud no votó en las elecciones presidenciales, imagínese. O la gente vende el voto, porque a mi nadie me va a representar. Hoy está claro que quienes elegimos son definitivos, nos meten la mano en el bolsillo, no nos garantizan empleo, ni salud, ni educación, nos tienen en la olla. No hay oportunidades a futuro. Colombia es uno de los pocos países en los que la juventud está más empobrecida que las generaciones más jóvenes. Es que acá cada generación es más pobre que la anterior, es un país en retroceso.
Si nosotros no nos metemos ahí vamos a ganar los de siempre por W, nadie va a ganar ahí ni a compartirles, ni a hacer control político ni a castigar con el voto. Hay que intervenir. . Si no les gusta ningún partido, monten uno. Tenemos que tomarnos la política.
Y por el lado de los políticos hay que hacer exigencias muy claras, que nos cuenten cómo han recogido sus banderas. Es un tema de agenda, no de jóvenes. Es que tiene que haber juventud en sus espacios de dirección, jóvenes que no tengan puestos cosméticos. Espacios de debate y que se recojan las propuestas. Dejen de ponernos barreras para entrar a la política. Si esto no se da no hay una conexión con lo que estamos pidiendo.
JMO.: Hay dos ideas que dijiste, la política se hace o se padece. La política es el oxígeno de la sociedad y tiene que ver con todos. El segundo punto es que yo creo que uno necesita hacer una mezcla de canas y de juventud. Hay que combinar. Cual es el ambiente, ¿los jóvenes van a salir de esta indiferencia en el proceso electoral?
JP.: Yo creo que ya venimos en un proceso de politización y una de las causas de esta explosión social tiene que ver con la politización de la juventud. Antes se espantaba la gente, no le interesaba. Todo cambió en el 2018. Hay un interés y eso se ve en las movilizaciones. Espero que haya una masiva votación en las urnas en el 2022 y creo que eso va a ser un hecho.
Hay experiencias internacionales que nos hacen creer en la democracia. Lo que pasó en Chile da esperanza. Es que hay líderes estudiantiles allá que son diputados. Y transformaron exigencias de las calles en leyes. Hay que pasar de las calles a las urnas.
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