Miguel Barreto, senador del partido Conservador, cogió una fama inesperada desde cuando decidió ponerle la cara al debate sobre la participación del sector privado en la vacunación contra el Covid y asumir la bandera de la defensa de los privados para ampliar coberturas y agilizar procesos en las empresas. El pasado jueves radicó el proyecto de ley que busca abrir esa puerta.
Pero esa no es la lucha que le quita el sueño al político tolimense. La pelea que le absorbe francamente su atención es con su primo y mentor, el exgobernador del Tolima Óscar Barreto, que a su vez se ha convertido en su gran contradictor. En esta discusión, las entidades del departamento y la ciudad de Ibagué se encuentran inmersas en una compleja división política.
La relación de los dos líderes políticos ha sido muy fuerte desde la juventud de ambos, pero sus aspiraciones políticas los han convertido en rivales ocasionando una complicada fractura. Óscar Barreto busca su candidatura al Senado en 2022 por el conservatismo, algo que le ha caído muy mal a su primo Miguel, quien actualmente ostenta la curul, que precisamente consiguió por el apoyo que logró de su primo en 2014, primero como representante. En 2018 fue elegido como senador con 68.400 votos en el Tolima y unos 11.000 en el resto del país.
Según medios locales, hubo varias renuncias y despidos en entidades como la Alcaldía de Ibagué y Comfatolima, que involucraron incluso a la hermana del senador, Luz Miriam Barreto. El motivo sería la presión de Óscar Barreto para frenar el avance político de su primo y su avance regional con cargos de peso.
Para contrarrestar la pugna regional y dejar de depender del control de Óscar Barreto sobre los conservadores tolimenses, Miguel Barreto buscaría influir por fuera del departamento donde se inició en la política y ampliar su caudal electoral hacia Boyacá, donde nació hace 38 años.
Su lugar de origen es el municipio de Sutatenza, en el corazón boyacense, pero su familia emigró hacia el cañón del Combeima para dedicarse al negocio de los pollos. Aunque su capital político fue hecho en el Tolima a la sombra de su primo, el senador ha fortalecido sus relaciones con líderes conservadores boyacenses y avanza para tratar de fortalecerse con independencia.
Para ello se ha apoyado en líderes regionales como el alcalde de Tunja, Alejandro Fúneme. Barreto aprovechó la crisis de los paperos de Boyacá el pasado mes de noviembre para hacer presencia y fue el impulsor de varias propuestas para apoyar el consumo de papa.
A la par de su trabajo político en Boyacá, Miguel Barreto no piensa abandonar el frente tolimense donde tiene buena parte de su arraigo electoral y se prepara para medirse con su primo, haciéndole oposición y señalándole debilidades en su gestión, una tarea nada fácil dado el poder que Oscar Barreto ha consolidado en sus dos períodos como gobernador del departamento.