Dragon Ball, un titán que cae por su propio peso

Dragon Ball, un titán que cae por su propio peso

La serie es como un buen libro que debió terminar hace mucho tiempo, pero su fama impide que así sea

Por: Deivy Alexander Marimón Gómez
octubre 23, 2017
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Dragon Ball, un titán que cae por su propio peso

El 20 de noviembre de 1984 la revista Shōnen Jump, de Japón, publicó el primer capítulo del manga Dragon Ball. Casi dos años después, el 26 de febrero de 1986, el estudio Toei Animation inició su adaptación al anime. Adaptación que finalizó en 1996 o eso creímos hasta hace dos años, momento en el que el mismo estudio decidió realizar una continuación de la serie original bajo el título de Dragon Ball Super. Me atrevo a decir, sin miedo, que no se necesita ser un experto en estos temas para saber que la fama que cosechó la serie es quizás la más grande jamás alcanzada por anime, incluso en los tiempos que corren; dejando atrás y por mucho a sus sucesoras espirituales como Naruto, One Piece, Bleach, Evangelion, entre otras. Sin embargo, ¿a qué se debe esta fama?, ¿a la calidad de su animación?, ¿al detalle de sus personajes? o ¿hay algo más?

Sin lugar a duda, responder a estas preguntas es algo difícil de responder por la cantidad de sentimientos encontrados que nos ha dejado Dragon Ball a través de los años, porque seamos claros en algo y es que su fama fue tal que incluso aquellas personas que nunca se han visto la serie reaccionar ante el nombre de Goku o Koku, como dicen las madres de los que de niños gritaban el nombre del personaje principal. Mi humilde opinión sobre la fama cosechada por Dragon Ball es gracias al tiempo en el que fue producida, un tiempo en el que la televisión a color estaba en su punto más alto, pudiendo así exponer de mejor manera las explosión de colores ofrecida por este anime. Además, también está el hecho de que es en los 80 donde aparecen las primeras luces de la globalización y todos se empiezan a mezclar con todos y el rock empieza a escucharse en todo el mundo cada más fuerte. En esta sociedad que cada vez exige más es donde entra en escena Dragon Ball para competir y hasta dejar atrás las megaproducciones animadas de Warner Bros y Disney. Es cierto, en materia de popularidad todo fue color de rosa, como Manzana Postobón, para Dragon Ball. Pero en caso de tener que ser puesta en contraste, ¿su historia, sus detalles técnicos y demás se encuentran a la altura de las producciones actuales del país nipón? Este ya es un asunto diferente.

Para los no conocedores de la serie, quiero recordar que esta se divide en Dragon Ball, Dragon Ball Z, la no canónica Dragon Ball Gt y la actual Dragon Ball Super. Y es en Dragon Ball Z donde la historia alcanza su cenit, conllevando a que Gt y Super sean una imitación o mejor dicho, sigan el mismo trazado. Akira Toriyama, creador de la serie, ha manifestado en varias ocasiones que su idea original era concluir la historia en Dragon Ball Z, con la narración de lo que para muchos seguidores ha sido el mayor villano y enemigo de Goku, Freezer. Y es que si nos ponemos a detallar la saga de Freezer con detalle veremos que la historia lo tiene todo: un villano que no solo es fuerte, sino que es realmente malo y con una personalidad bien creada por parte de Toriyama; también vemos que es aquí donde se cuenta debidamente el origen de nuestro protagonista como guerrero de la cuasi extinta raza Saiyan o Saiyajin y la cereza en el pastel es la épica batalla que se desarrolla entre nuestro protagonista y su enemigo, este último llevando a Goku más allá de su límite y viceversa.

Sin embargo, no es solo esto, pues aquí no solo hay deseos de venganza, sino que se decide el destino del universo. Si la historia hubiera terminado allí, con ambos contrincantes muertos, quizás la serie no hubiera sido tan popular como lo sigue siendo hoy en día, pero sin lugar a duda sería una de las mejor desarrolladas en su época. Y con lo anteriormente dicho no quiero decir que su continuación sea mala, incluso admito que soy un fiel seguidor de las demás sagas de Dragon Ball Z, Gt y Super, pero más allá de la saga de Freezer se ve reflejado que ya los personajes que en un momento robaban el escenario, han pasado a un segundo plano; los villanos no están tan bien trabajados como los anteriores y la historia llega a ser en cierto punto tediosa, monótona y hasta contradictoria.

Si Akira Toriyama y Toei Animation deciden continuar con la historia de Goku estaré allí para presenciarla con entusiasmo, como lo hago, en la actualidad, pero siempre teniendo en cuenta que nunca volverá a ser como en sus inicios, pues Dragon Ball es como un buen libro que debió terminar hace mucho tiempo, pero su fama impide que así sea.

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