El contrato para ampliar la Autopista Norte, que tiene un valor de 1.8 billones de pesos, se firmó hace dos años, el 1 de abril de 2022. El objetivo de la obra licitada es el de convertir la Autopista Norte en una verdadera autopista. Este tramo que es la salida norte de Bogotá hacia el departamento de Boyacá y los Santanderes y que conecta con la sabana y los municipios de Chía y Sopo, pasará de tres carriles a seis, según lo proyectado, dos para vehículos mixtos y uno para TransMilenio. Pero el contrato está quieto. Los contratistas no han podido arrancar con las obras porque faltan los permisos ambientales que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, en cabeza de Rodrigo Negrete no ha autorizado.
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La Anla le puso el freno a la importante obra porque para la agencia ambiental la información presentada en el Estudio de Impacto Ambiental por parte de los constructores no era suficiente. Para la entidad el proyecto no cumple con los requisitos técnicos necesarios, entre ellos la conexión de los dos humedales que están a lado y lado de la Autopista y que generan caos cada vez que se inundan por cuenta del invierno, como ocurrió este miércoles 6 de octubre.
La concesión que abrió la ANI en 2021, en el gobierno de Iván Duque y en la que participaron cuatro proponentes, y que también incluye la construcción de la segunda calzada de la Carrera Séptima, que va entre las calles 201 y 245, se la ganó la concesionaria Estructura Plural Ruta Bogotá Norte, la cual está conformada por Obrascon Huarte Sucursal Colombia, que tiene el 50% del contrato, propiedad de la multinacional OHL, que también tiene obras en Europa, Estados Unidos y en América Latina, en países como Chile, Perú, Panamá y Uruguay. El otro 50% del contrato le pertenece a la empresa nacional Termotécnica Coindustrial SAS.
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Los poderosos de OHLA, empresa que es en su mayoría de los hermanos mexicanos Luis y Mauricio Amodio, quienes se tienen el 25.965% de las acciones de esta empresa, luego de una negociación con la familia española Villar, los fundadores de la mega constructora, que al final de la transacción se quedaron solamente con el 7.09 %.
La familia Villar, liderada el empresario Juan Miguel Villar Mir, perdió la empresa por delitos relacionados con corrupción. Fue acusada de los delitos de organización criminal, prevaricación, malversación, fraude en la contratación, cohecho, tráfico de influencias, corrupción en los negocios y blanqueo, por abono de comisiones. Las investigaciones revelaron que al parecer OHLA entregó unos 50 millones de euros en pagos para conseguir contratos de obras públicas en España.
Para quedarse con el contrato de ampliación de la Autopista Norte, que ha sido noticia por estos días debido a las terribles inundaciones que ha dejado decenas de carros tapados por el agua, los hermanos mexicanos de OHLA se asociaron con el antioqueño William Vélez y su empresa Termotécnica Coindustrial, que hace parte del Grupo Ethuss de Vélez, con más de 70 años de existencia, que principalmente se dedica al desarrollo de proyectos eléctricos y petroleros.
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El grupo de Vélez es responsable de la construcción del 70 % de las líneas de transmisión de alta tensión en el país. Dentro de sus proyectos en infraestructura se encuentra el Metrocable en Medellín, el puente Hormiguero en el Valle, el puente Quebrada La Unión - Porce III, la Metrolínea de Bucaramanga, entre otros.
El ingeniero William Vélez, graduado de la Universidad Bolivariana en Medellín, y uno de los hombres más ricos del país, a parte del grupo Ethuss, entre otras, es dueños de las empresas Interaseo, Atesa y Eléctricas de Medellín. Aunque sus inicios giran en torno de Eléctricas Medellín y la adquisición de Eléctricas de Manizales en los años 60, su gran crecimiento empresarial que se dio durante el gobierno de Álvaro Uribe de quién es amigo personal. Su expansión lo a llevado a países como México, Guatemala, Honduras, Panamá, Ecuador, Perú y Chile, principalmente en el sector de servicios públicos, por lo que se empezó a ser llamado el “Zar de la basura”. Por su parte los hermanos Amodio son dueños del grupo mexicano Cabbsa fundado en 1979 es un consorcio con más de treinta empresas mexicanas donde la construcción es su fuerte. Ellos junto a al empresario Vélez, tienen el trabajo de construir y mejorar la Autopista Norte, una vía que cada vez que llueve se convierte en un inmenso río que deja incomunicada a Bogotá.