Los episodios de bondad deberían estar por encima de los títulos y la hinchada, a la hora de elegir al equipo más grande de Colombia.
Se jugaba el minuto 76 del segundo tiempo en uno de los clásicos más importantes del fútbol mundial, el técnico del FC Barcelona decide sacar del terreno de juego a Andrés Iniesta, quien era hasta ese momento la figura del partido; los aficionados del Madrid lo aplauden eufóricamente, propiciando una escena difícil de olvidar en la historia del fútbol.
A pesar de ser el eterno rival, los hinchas locales reconocieron la magia de este jugador, sin embargo, no era la primera vez que los aficionados madridistas realizaban este gesto. Del Piero en el 2008 y Ronaldinho en el 2005 resultaron también ovacionados en este campo, además de Pirlo, Messi, entre otras leyendas del fútbol.
No soy hincha del nacional, soy seguidor del fútbol como espectáculo, como espacio de esparcimiento, de sana diversión. Visito regularmente el estadio, pero no con puñales ni rencores, sólo convencido de pasar un rato agradable observando el deporte más popular del mundo, aquel, que desgraciadamente sigue generando confrontaciones por diferencias de colores y escudos.
Sin embargo el pasado mes de noviembre, sucedió algo que unió los aficionados a este deporte: El trágico suceso del avión del Chapecoense; 71 víctimas y múltiples heridos generaron el dolor y la solidaridad del mundo; No obstante, en medio de la tragedia, hubo una petición que sorprendió a nuestro país: el Club verdolaga solicitó a la Conmebol que se le otorgara el título al equipo brasilero.
A muchos nos parecía mentira, eso no debería estar pasando en Colombia, el mismo país donde impera el maquiavelismo, donde queremos ganar y alcanzar los objetivos por encima del que sea y de lo que sea, donde la corrupción está a la orden del día y vemos al rival como un enemigo al que se debe vencer sin importar las circunstancias, sin duda alguna, esta acción generó que volviera a confiar en que se pueden hacer las cosas diferentes.
Al inicio mencionaba como ejemplo a los aficionados del Real Madrid, hinchas del equipo más poderoso del mundo, que a pesar de querer la victoria reconocían las virtudes del rival por encima del resultado. Algo similar ocurrió también en el partido de vuelta contra Santa fe, cuando los hinchas aplaudieron a los jóvenes jugadores verdes olvidando el resultado y como muestra de gratitud a su esfuerzo, lo que genera sin duda alguna una motivación al futuro de estos futbolistas en formación.
Dos actuaciones que pueden pasar desapercibidas, involucran al atlético nacional, y que para mí, son reflejo del éxito futbolístico que han tenido en los últimos años y del crecimiento deportivo de nuestro país, actuaciones propias de los equipos de los países más desarrollados, los cuáles han logrado jugar sin mallas de protección y no han tenido que sepultar hinchas por las confrontaciones de barras.
Quisiera que los demás equipos de Colombia y sus hinchas, tomaran como ejemplo los homenajes y las fiestas pacíficas en las canchas y de esta manera tener mejores elementos para desenredar la duda que nos asalta en los últimos años: ¿Cuál es el equipo más grande de Colombia?