Una tragedia de enormes proporciones ocurrió en la madrugada del sábado 25 de agosto del presente año: una vivienda construida en paja se quemó en el corregimiento de Crucito, jurisdicción del municipio de Tierralta, al sur del departamento de Córdoba.
Dicha conflagración se originó por causa de una veladora que dejaron encendida sus propietarios, debido a que ese corregimiento y 23 poblaciones más, vecinas a la represa de Urrá, no cuentan con el servicio de energía.
Precisamente es en Tierralta en donde desde el 15 de febrero de 2000 entró en operaciones comerciales la hidroeléctrica Urrá, que tiene una capacidad efectiva para generar energía de 336 megavatios y produce una energía firme anual de 930 gigavatios.
La represa de Urrá tiene como su principal fuente de abastecimiento el río Sinú y sus afluentes, todos ellos nacen en el nudo del Paramillo. El municipio de Tierralta fue habitado inicialmente por los zenúes, un pueblo amerindio cuyo territorio ancestral está constituido por los valles del río Sinú, el San Jorge y el litoral Caribe.
Lo que hoy conocemos como el departamento de Córdoba fue habitado en su totalidad por los zenúes; por contar esta región con abundante agua, sus habitantes construyeron un sofisticado sistema de drenajes a través de canales que les permitía controlar las inundaciones y adecuar extensas zonas para las viviendas y para los cultivos. Este sistema fue expandiéndose progresivamente hasta llegar a cubrir 500.000 hectáreas de suelo cenagoso.
He hecho este recuento para demostrar que desde los inicios de la humanidad, desde que hubo vida en la zona en donde hoy funciona la represa de Urrá estaban los indios zenúes y que su principal fuente de abastecimiento fue el río Sinú y sus afluentes.
Increíble que en pleno siglo XXI, después de 18 años de estar funcionando la represa de Urrá con el agua que es de los zenúes, de sus ancestros, 23 poblaciones vecinas a esta megaobra no cuentan con vías de penetración y tampoco con el servicio de energía eléctrica, esto ¡que lo sepa el país, que lo sepa el mundo! Para ir a Crucito debemos hacerlo en lancha, no hay carreteras, pero sí hay autopistas para llegar a la represa de Urrá.
Urrá en nada ha beneficiado a sus pobladores, mientras tanto unos forasteros, a través de leyes que se inventaron (generación, bolsa de energía y comercialización) porque siempre han manejado el Congreso de la República, son los que están usufructuando lo que le pertenece a los zenúes, a los cordobeses y a los costeños.
Los cordobeses y los costeños en general fuimos engañados con el tema de la hidroeléctrica de Urra. Nos vendieron la idea de que si la dejábamos construir llegaría el desarrollo a la región Caribe, que el costo de energía disminuiría significativamente y que esto traería como consecuencia la instalación de empresas que generarían empleo. Esto fue todo una falacia. Electricaribe cobra las tarifas más altas de Colombia, Latinoamérica y del mundo.
No contento con esto, el ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla dijo que va a eliminar los subsidios de energía eléctrica para los estratos 1, 2 y 3. También manifestó: “debemos aumentar las tarifas de energía en la costa Caribe, de esta manera con las tarifas significativamente más altas, le permitiría a Electricaribe consolidarse como empresa hacer las inversiones necesarias, mejorar la calidad y tener un futuro como compañía”. ¿Será que los costeños somos así de pasivos? Esto en cualquier momento puede estallar, ¡no aguantamos más!