Partamos del hecho de que pese a lo malo, feo u horrible que se percibe de esta institución en los últimos años, para mi seguirán siendo dignos de respeto, admiración y compromiso.
Ahora bien, la ONU recomienda que por cada 100.000 habitantes debe haber 300 policías. La medida a nivel nacional es de 354, pero en mi amada Bogotá solo se dispone de 239.
A esta ya desproporcional cifra descontémosle que trabajan en 3 turnos, se enferman, piden permisos o disfrutan de vacaciones.
No cuenten a los que pertenecen a grupos especiales, los del ESMAD y menos a los de tránsito y transporte, que a sabiendas de que deben cuidar y salvaguardar la vida y honra de los ciudadano, su principal función parece ser esconderse para imponer una multa por la infundía de causas que bien han sabido inventarse en el país y a nivel distrital.
No logro entender cómo un agente de tránsito puede velar por nuestra seguridad dando vueltas con los operarios de una grúa, buscando qué vehículos levantar por mal parqueo (causalmente más motos que carros).
Además, ¿qué persecución podrían realizar un par de agentes en una moto no oficial, de bajo cilindraje, que van chateando o cargando cosas? O más ridículo, ¿qué hacen algunos agentes agazapados en una intersección esperando al motociclista que cruza con la luz apagada o al del carro que no lleva el cinturón puesto?
Señor alcalde, como puede evidenciar, eso si su ego y prepotencia le permiten, el problema de seguridad no se soluciona evitando que un motociclista lleve acompañante, se mitiga si pone a trabajar esos pocos y malos policías que por estar adscritos a una dirección diferente a la de seguridad hacen de cuenta que combatir los criminales no es su problema.
Muchos de ellos quizás sí quieren hacer bien las cosas, pero si los ponen a cumplir cuotas de inmovilizaciones, pues se les pasarán por enfrente delincuentes a pie, en bici, en moto, en carro y hasta en los buses y ni se inmutaran porque en ese momento están buscando el más mínimo detalle para elaborar un comparendo.
La solución no es satanizar un medio de transporte, es poner a trabajar a todos los policías en su principal función y concientizar al usuario de la vía de su cuota de responsabilidad en la seguridad y la accidentalidad.
"Proteger y servir" y que las multas e inmovilizaciones por pequeños detalles sean cosas del azar y no una orden para alimentar las arcas de un tercero. Piénselo.