Es difícil vivir en Bogotá. Es una guerra constante por la supervivencia. Es todavía peor la situación si estás viviendo en Ciudad Bolívar, en uno de sus barrios más complicados, Bella Flor. La pobreza es uno de sus principales problemas pero también la delincuencia. No perder la fe es un acto titánico. Una de esas guerreras es Luz Mery Gómez quien vive hace 32 años en este barrio. Su esposo es cotero en Cenabastos y ella, con imaginación, llegó a transformar el lugar donde vivía.
Es que se inventó una olla comunitaria para darles almuerzos gratis tres veces por semana a los niños y ancianos que pueblan las calles de Bella Flor. Son 30 niños y 20 adultos los que llenan su casa los lunes, miércoles y viernes. Esto trajo a otras personas de otros barrios que esperan que Doña Luz Mery los ayude. Pero ella al menos debe cobrarles de manera simbólica a sus clientes. Por eso les cobra 1.000 pesos a los que necesitan de su plato de sopa, de su seco abundante.
Para sostener esto que suena tan titánico para una persona de sus condiciones económicas, tiene donantes esporádicos y algunas fundaciones que la ayudan a mantener esta olla humanitaria que visitamos y comimos. La alcaldía de Claudia López no colabora con un solo peso.