El cinismo y la hipocresía de los bandidos del Eln no tiene límite. En una carta que enviaron dice: “salida política al conflicto, que a su vez abarcará otros asuntos sustanciales, tanto en el respeto al Derecho Internacional Humanitario, en la atención a los reclamos y luchas populares, como parte esencial del camino de superación definitiva del conflicto, hacia la justicia y equidad social, la democracia y la soberanía”. Escriben sobre respeto al DIH, pero más adelante podrán leer cómo violan y no son coherentes con lo que piensan y hacen.
El general Mejía manifestó: “Que, desde el 9 de enero hasta el 12 de febrero, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional habían desmovilizado, capturado y dado de 90 bandidos del Eln”. El pueblo colombiano sabe que el Eln había sido diezmado, pero gracias a las generosas concesiones del Dr. Santos, hoy día lo integran unos 1.100 bandidos. Sin embargo, lo grave es que muchos integrantes de las Farc están apoyando al grupo de Nicolás Bautista.
El Eln realizó 20 acciones en Antioquia, Norte de Santander, Cesar, Arauca y Nariño. Murió el sargento Jorge Sáenz Animero en Arauca; 800 pozos petroleros resultaron afectados por los sabotajes; fue asesinado el soldado profesional Robinson Delgado Lázar y fueron heridos los militares Hollman Cervantes y Justin Guzmán en El Teorama, Norte de Santander; el puente Amarillo de Pelaya fue destruido; en el sector de Boquerón, municipio de Curumani, detuvieron una tractomula y detonaron una carga explosiva; dos peajes fueron destruidos en la ruta del Sol y siete vehículos fueron incendiados; en Valdivia (Antioquia), en protección del puente del río Pescado, fue muerto el soldado profesional Jhon Jairo Delgado Bastidas; fueron quemadas dos retroexcavadoras en el Meta y un artefacto explosivo causó daños a la línea férrea del Cerrejón.
Las órdenes de captura contra los integrantes del Coce y el pronunciamiento del gobierno y del ministro Villegas quien aseguró que ni el Gobierno ni la Fuerza Pública se van a dejar amedrentar por las amenazas de paro armado que anunció la guerrilla del ELN, no son más que lamentos sin fundamento, dejan que pensar. Sabemos que tarde o temprano, el presidente Santos, tiene que doblegarse, claudicar y entrar en diálogo con los bandidos del Eln, o lo acaban a bombazos y destrucción de los pozos petroleros. No importan los asesinatos, las violaciones o los crímenes más horrendos, todos pasarán al olvido, tal cual como sucedió con los horrendos crímenes cometidos por las Farc, como el Nogal que dejó como saldo la muerte de 36 personas y más de 200 heridas, y en Bojayá donde murieron 117 personas y 114 heridos.
Usted, presidente, dijo: "Hoy comienza el fin del sufrimiento, el dolor y la tragedia de la guerra", "¡La paz es su victoria, y es la victoria de todos los colombianos!", “Después de más de medio siglo de conflicto armado interno hoy regreso a las Naciones Unida en el Día Internacional de la Paz para anunciar con toda la fuerza de mi voz y de mi corazón que la guerra ha terminado". ¿Dónde está la paz cuando terminó la guerra? ¿De qué victoria habló, señor presidente?
Usted recibió el premio Nobel de Paz, pero concluimos que Noruega le recompensó sus apariencias y la minucia de sus esfuerzos, más que los méritos que nunca le vimos.
