La frase "parece chiste pero es anécdota" le cae como anillo al dedo al gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, quien solamente aparece para criticar el empalme del gobierno de Petro en el departamento pero vuelve a vacaciones o a prisión domiciliaria.
En estos días de tragedias recurrentes en Antioquia son muchos los que critican la ausencia del gobernador, que en menos de un mes ha encargado dos veces a Juan Pablo López para que lo reemplace mientras el disfruta de una ausencia extendida en el tiempo.
Andes y San Antonio de Prado, los asesinatos de integrantes de la fuerza pública, la presencia de las AGC y de las disidencias que amplían su control en el departamento, los asesinatos de líderes sociales, las masacres y otras tragedias requieren la presencia institucional urgente.
Sin embargo, Gaviria no ejerce, encarga sus funciones lo que debería ser uno de los principales temas de discusión. No se pueden frenar los problemas reales sin que la institucionalidad esté en plenas funciones.
Como en las películas, ¿Dónde está el piloto? y parece cualquiera sentarse en la silla del capitán, así está Antioquia. De Gaviria no se sabe nada mientras los encargados intentan pilotear un avión que se fue a pique.