Donald Trump y Boris Johnson, las nuevas caras de la geopolítica mundial

Donald Trump y Boris Johnson, las nuevas caras de la geopolítica mundial

¿Cómo dos de los sistemas democráticos más sólidos y robustos del mundo terminaron con líderes como ellos?, ¿por qué este giro ideológico?

Por: Manuel Fernando González Cuevas
septiembre 16, 2019
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Donald Trump y Boris Johnson, las nuevas caras de la geopolítica mundial
Foto: The White House

Un paso amarillo en la geopolítica mundial. La semana pasada los portales noticiosos del mundo relataron dos grandes acontecimientos que demostraban o ponían en coyuntura la necesidad de analizar la política mundial con un nuevo espectro de colores más allá del azul y rojo característico del estandarte norteamericano o del rojo salpicado con amarillo de la bandera China.

Los personajes que ahora delimitan el espectro de colores con el cual se analiza la política mundial son fácilmente identificables. Por un lado, Boris Johnson, el primer ministro inglés, quien ordenó el cierre de la cámara ante un speaker (Presidente de la Cámara de los Comunes) que muy fiel a su estilo demarcó lo anómalo de esta maniobra por el proceso que se venía discutiendo en la Cámara de los Comunes y por la extensión de casi cinco semanas de la pausa impuesta por Johnson, dejando un lapso inferior a veinte días para discutir la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

Al otro lado del Atlántico, un acérrimo tuitero que ostenta la presidencia de los Estados Unidos de América explicó las razones por las cuales John Bolton dejaba el cargo de Consejero de Seguridad Nacional. Así es, el mismo que puso en una libreta amarilla, otra vez el color común en esta historia, la idea de enviar tropas a Venezuela a través de Colombia se quedaba sin quehacer en la Casa Blanca. Lo más curioso del episodio fue el hecho de que Trump mencionaba que sus posiciones habían sido algo acérrimas e incluso que dicho asesor le generó un encierro ideológico en las relaciones que sostenía la denominada primera potencia mundial con Corea del Norte, Cuba y Venezuela. Con eso en mente valdría recoger el aforismo que en muchos espacios circuló sobre este episodio y que anecdóticamente recordaba que salió primero Bolton del poder que Nicolás Maduro del Palacio de Miraflores.

Entre ambos personajes el parecido físico salta a la vista puesto que los dos poseen cabelleras amarillas (valdría la pena emplear la categoría mona), despiertan la animadversión de gran parte de la población de las naciones en las cuales ostentan el poder; basta recordar cómo recientemente Johnson fue increpado por un ciudadano que le exigía que fuese a Bruselas a negociar la salida de la zona económica de la Unión Europea y sobra mencionar los repetidos desaires que la comunidad norteamericana le hace a Trump.

Valdría la pena indagar cómo dos de los sistemas democráticos considerados más sólidos y robustos del mundo llegaron a este espectro ideológico, viniendo de un Churchill conciliador pero firme ante la amenaza nazi o un Tony Blair que buscaba proyecciones económicas que no fuesen fieles al modelo neoliberal o socialista, tal como en el caso estadounidense dado que Trump recibe el poder del primer presidente negro en la historia de dicha nación. El interrogante pone de manifiesto el giro hacia los extremos, particularmente de derecha, que ha imperado en el mundo a lo largo del último lustro mediatizados por diversas razones, pero que reflejan las posiciones un tanto estrictas de los ciudadanos.

Se consideraba que los acuerdos fundamentales tales como el respeto al otro, la defensa de las minorías y el diálogo intersectorial son parte de las grandes conquistas de las naciones que defienden sistemas democráticos en la actualidad, dichos procesos hacía evidentemente el predominio racional había imperado en los regímenes políticos mundiales pero recientemente han cobrado relevancia en la palestra pública los discursos nacionalistas, esgrimidos en algunos casos desde la xenofobia y el ocultamiento del otro para dar paso a la proposición de lo local como superlativo, único e indisociable.

En cuanto a los procesos descritos basta mencionar el caso británico, dentro del cual los analistas más positivos plantean un futuro gris para el Reino Unido, mientras Johnson describe esto como una oportunidad para buscar el surgimiento de nuevas actividades económicas y el fortalecimiento de lo propio en cuanto a actividades agrícolas y pecuarias, en contraparte Donald Trump plantea como responsables de las calamidades económica, sociales y de seguridad nacional a buena parte de los migrantes latinos que son perseguidos por las fuerzas policiales o engrosan el número de residentes en las famosas cárceles fronterizas, sin ninguna deferencia hacia los más básicos derechos fundamentales.

Quizá los derechos fundamentales han sido sustituidos sin que nadie lo perciba por el fundamentalismo en los discursos pronunciados por hombres de tez clara o cabello mono, ambos demostrando la supuesta existencia de un enemigo común y público que ha lacerado profundamente el progreso de cada nación y que promulga como solución a un prototípico hombre que desde la fuerza, ideologías de derecha o conservadoras y aprobación del estamento vuelva a hacer grandes a las naciones.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
8 años del Acuerdo de Paz entre las Farc y el Estado: aprendizajes y propuestas de cara a la Paz  Total

8 años del Acuerdo de Paz entre las Farc y el Estado: aprendizajes y propuestas de cara a la Paz Total

Nota Ciudadana
El ritmo que moldea generaciones: reflexión crítica sobre '+57' y la música urbana

El ritmo que moldea generaciones: reflexión crítica sobre '+57' y la música urbana

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--