Bueno, iniciemos primero mencionando que según portales de psiquiatría y psicología la egopatía se define como aquella ‘’conducta agresiva violenta, que tiene como origen un fuerte egocentrismo que le lleva al desprecio de los demás’’ y que según el portal de psicología abc.es, existen diez tipos de egos, que de una u otra forma articulan o engranan al egopata, y de lleno a la egopatia, el sabelotodo (los que siempre creen tener la razón) el insaciable (los que no se jactan de su ego y de querer ser el centro de atención) el interruptor (los que necesitan reafirmarse e interrumpir permanentemente) el envidioso (los que no soportan los triunfos y logros de los demás) el prestigioso (los que necesitan ser aplaudidas, reconocidas y aprobadas por los otros) el jinete (los que se copian para obtener una aceptación de los demás) el sordo (los que nunca escuchan y prefieren solo hablar) el manipulador (los que engañan, mienten y justifican todo el tiempo para que las cosas resulten a su favor) el orgulloso (los que son soberbios y les cuesta perder) el silencioso (los que resultan siendo hipócritas y enjuiciadores)
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿cree usted que esos diez tipos de egos se pueden relacionar y asimilar con Trump? No sé ustedes, pero si me preguntaran a mí respondería con un rotundo ¡Sí! A continuación diez ideas o razones para avalar mi ‘’tenebrosa’’ afirmación:
- Siempre cree tener la razón, la verdad y el argumento para justificar sus barbaridades, sus sandeces y su rampante fanatismo.
- Tiene un ímpetu de superioridad, mando unísono y espíritu silenciador que expone querer ser el centro de atención casi inagotable para este
- Premia negar al otro, el que siempre considera interrumpir al interlocutor, de vituperar al emisor y premiar a aquel ego que calla al otro solo porque desea que los otros lo escuchen, así la ignorancia y la sinrazón estén presentes.
- Demuestra una desazón por el éxito de sus diferentes u opuestos, anima en negar el triunfo de sus adversarios e incita a las hordas de la ignominia y el fanatismo a descalificar y violentar la democracia y las leyes
- Infunde un espíritu del macho proveedor y protector que merece ser escuchado, aplaudido y reconocido como el único que puede hacer y saber gracias a su competencia que tienen más bien tintes de rivalidad y competencia desleal
- Transmite información en muchas ocasiones falsa para sacar réditos, beneficios y lucrarse con el clima del sálvese quien pueda, la intolerancia y todo aquel acto que instruye y revive el fascismo
- Se hace de oídos sordos frente a sus narrativas y discursos de apología al odio, la discriminación y la violencia, y más bien manifiesta su ego desde su tenebrosa e interminable oratoria
- Se mueve en muchas ocasiones desde la mentira justificada y sin sentido, haciendo que el sofismo, la desinformación, el engaño y la manipulación sea su carta de presentación frente a la sensatez y la cordura
- Pretende ser el vencedor, sin la más mínima acción de nobleza y humildad en acertar sus errores, diatribas y actos que han mermado la dignidad y la humanidad de quienes han sido tachados por este como las escorias a su proyecto político
- Su fin es silenciar y enjuiciar las voces alzadas frente a sus improperios y acciones dañinas o desatadas que hacen cada vez ver la esperanza como un peligro y un problema de este siglo.