La Contraloría General de la República urgió hoy a al operador del relleno sanitario Doña Juana, a la ANLA, la Superintendencia de Servicios y la UAESP para que precisen la condición de estabilidad geotécnica en la que se encuentra este luego del evento de deslizamiento ocurrido en la noche del pasado martes 28 de abril, al tiempo que reveló que, según lo que ha podido establecer con la ANLA, el operador no reportó oportunamente información geotécnica relevante del proceso de inestabilidad en marcha, que concluyó con esta nueva emergencia.
“Lo que hemos evidenciado son fallas reiteradas en los técnicos ambientales de planeación y de contingencia, lo que llama la atención en esta coyuntura de COVID-19”, dijo Walfa Téllez, auditora de la Contraloría Delegada para Medio Ambiente.
Para la Contraloría, esta situación debe ser abordada por la Supervisión del contrato y la ANLA, a efecto de imponer medidas que impidan que se repitan procesos de remoción en masa al interior del relleno y que, como consecuencia directa, se coloque en riesgo y exposición a la población por situaciones biosanitarias adversas y deterioro de las condiciones ambientales.
La Contraloría señaló que se requiere también un pronunciamiento del operador del relleno en relación de las causas, implicaciones y posibles riesgos derivados del deslizamiento.
A este llamado se unió la Auditoría General de la República, que pidió a la Contralorías y entes territoriales a que sumen esfuerzos para garantizar el correcto funcionamiento de estos rellenos sanitarios para que no afecten la salud pública de los ciudadanos.
Así mismo, la Contraloría también detectó diferentes problemáticas administrativas, operativas, ambientales y de estabilidad del relleno Doña Juana, al igual que en otros del país. Eso sin contar con que quedó en evidencia que la política nacional de manejo de residuos sólidos requiere cambios estructurales para atender los impactos ambientales generados en el manejo de residuos sólidos en Colombia.
“Tenemos rellenos sanitarios que están operando sin ninguna licencia ambiental, no tenemos una cuantificación del estado real de los mismos, de su capacidad para recibir nuevos desechos de tipo tóxico, biológico de la atención al COVID-19”, expresó la contralora Delegada para Medio Ambiente.
Hay deterioro progresivo en muchas de las zonas en donde se encuentran emplazados los sitios de disposición final en los rellenos, en donde se tiene como ejemplo Doña Juana (Bogotá D.C.), El Carrasco (Bucaramanga), Rediba (Barrancabermeja), Magic Garden (San Andrés Islas) y Pradera (Medellín).