Entre 1989 y 1990 en Colombia mataron a 2.000 personas, de ellos 400 eran policías. Se pagaba 1.000 dólares de la época por cada cabeza de agente entregada a los lugartenientes del capo máximo del Cartel de Medellín. El que no se acoplara al régimen, el que no se convirtiera en un cómplice, sería arrasado por las balas de Escobar. Uno de esos agentes que aceptaron la plata y no el plomo que ofrecía Escobar era Carlos Mario Aguilar. Miembro del Cuerpo Técnico de Investigación CTI, Aguilar estaba en la nómina del capo y, como tantos otros de sus compañeros, desviaban las pistas para que Escobar se convirtiera en una presa imposible de rastrear.
Nacido en 1966, en Alejandría Antioquia, Aguilar se enroló con el Cartel gracias a Diego Fernando Murillo Bejarano, el chofer de Fernando “Kiko” Galeano quien después sería un temible jefe paramilitar conocido con el nombre de Don Berna. Él lo fue acercando cada vez más al mundo de los sobornos. Lo fácil era dejarse llenar de dólares por parte de Escobar, lo difícil era combatirlo. El 2 de diciembre de 1993, en un tejado en Medellín, fue abatido Escobar. Los nombres de los oficiales que estaban siendo pagados por la mafia empezaron a salir a flote. El de Aguilar fue uno de los que más brillo irradiaba. Desde entonces dejó de llamarse Aguilar y pasó a llamarse Don Rogelio.
Los gatilleros y sicarios de Pablo Escobar, asi como muchos de los que participaron del negocio, se organizaron para recuperar las deudas pendientes. Nació entonces la Oficina de Envigado desde donde se ejecutaban los cobros eran a sangre. Don Berna asumió y fuero Don Berna, quien se convirtió en uno de los más feroces miembros de los PEPES, Perseguidos por Pablo Escobar, se apoderó de la oficina y dejó allí a Don Rogelio. Cuando Don Berna pasó a ser el amo y señor de las comunas de Medellín imponiendo su reinado a punta de asesinatos, extorsiones y secuestros ordenados desde su bloque paramilitar, el Cacique Nutibara, Don Rogelio aprovechó para cobijar su pandilla con el halo de la contrainsurgencia y así poder negociar una posible salida política.
La Oficina, con su filial La Terraza, temible Banda Criminal que sembró el terror en Medellín, participó en momentos realmente sangrientos de la ciudad como la Operación Orion que dejó un centenar de muertos y un número indeterminado de desaparecidos. En el 2005 Don Berna se acoge a Justicia y Paz y quedaron al mando de la banda Rogelio junto a Daniel Alberto Mejía, mejor conocido como Danielito. Cuando Don Berna fue extraditado en el 2008 junto a otros 13 jefes paramilitares, el control de Don Rogelio pasó a ser absoluto. Sin embargo las guerras intestinas comenzaron a comerse, como un cáncer, a la Oficina. Los urabeños y el narcotraficante Valenciano arrancaron una batalla que dejó un reguero de muertos en las calles de Medellín.
Ya para ese momento Don Rogelio comandaba uno de los grupos paras más importantes de Antioquia, el Bloque Héroes de Granada. El 2008, como tantos otros narcos disfrazados de paras, se benefició con Justicia y Paz. Entonces fue extraditado a los Estados Unidos y, a pesar de los crímenes que había cometido, entre los que se contaban narcotráfico, asesinatos y hasta secuestro, Don Rogelio salió libre en el 2015 y hoy en día vive a cuerpo de rey en Boca Ratón.
Uno de los hombres que pudo gestionar tan milagroso alegro fue su abogado Joaquin Pérez, un cubano-americano que ha hecho una verdadera fortuna defendiendo a los capos de la droga más importantes de Colombia, entre los que se cuentan Carlos Castaño, Leonidas Vargas y, por supuesto, Don Rogelio.
Desde el 2015 empezaron a pedir y recibir visas para vivir en este país su esposa, Mayeli Cortés Tobón y su hermana, la exfiscal antimafia Cruz Elena Aguilar. El trato con la justicia gringa no pudo ser mejor. No sólo redujo una pena de cincuenta a siete años sino que aventó a todo el mundo. Con sus testimonios cayeron Valenciano, Sebastian, Fredy Colas, además de dar información sobre Mauricio Santoyo, el general que era el jefe de seguridad de Uribe y otros oficiales. Se estima que sus testimonios fueron vitales para desarticular, por ejemplo, al viejo Cartel del Norte del Valle.
Rogelio pasó su pena en una cárcel en Nueva Jersey y cuando salió ha participado en eventos como conferencista, uno de ellos fue el de la Convención Contra la Tortura en donde tuvo que preparar ponencia para ganar puntos y no ser expulsado a Colombia.
Regresar al país sería firmar su sentencia de muerte ya que en este país hacen fila los que quieren matarlo por cuenta de la colaboración con la justicia norteamericana por el negocio del narcotráfico. Por eso, Don Rogelio a sus 57 años y con buena parte de su fortuna no se le pasa por la mente venir a Colombia ni participar en las mesas de la paz total, donde el gobierno ya definió quienes de los detenidos en las cárceles participaran.
Además del hermano de Otoniel tendrán voz los siguientes condenados
Jacinto Alberto Soto Toro, alias ‘Lucas’
Faber de Jesús Atehortúa Gómez, alias ‘Julio Palizada’
Carlos Mario Úsuga, hermano de alias ‘Otoniel’
Jesús María Hurtado Ríos, procesado por delitos relacionados con el narcotráfico
Jairo Luis Díaz Barrios, alias ‘Mincho’
Sandro Manuel Pérez Mantilla
Héctor Manuel Oviedo Morelos, alias ‘Osama’ o ‘Rufino’
Jorge de Jesús Vallejo Alarcón, alias ‘Vallejo’ o ‘El Doctor