Después de investigar por más de cinco años sobre San Basilio de Palenque y el son palenquero en Colombia, he leído y escrito el homenaje al sexteto Tabalá y a las alegres ambulancias. También he publicado infinidad de videos, notas, fotos; he explicado su tradición, sus instrumentos musicales, costumbres y esa historia maravillosa de Benkos el primer libertador de la américa españolizada.
Tengo un enorme gusto por la música que nos dejaron los ancestros africanos en la américa negra. Pero desde el mismo día que me enteré que en Colombia teníamos nuestro propio son “el son Palenquero” que hablábamos una lengua propia venida de África --el bantú españolizado-- y que conservaban su propia organización social, sus tradiciones y cantos Lumbalú, no he podido dejar de leerlos, de escucharlos y de verlos. Es para mí casi un culto el gusto por esta tradición cultural arraigada a nuestro país venida del África lejana. Es una obligación para entender sus tradiciones escuchar la música palenquera; no existe San Basilio de Palenque sin su música porque sus hijos son música en sí mismo, pero más relevante aún, no existiría el son palenquero sin el Sexteto Tabalá de don Rafael Cassiani Cassiani, la música y todas las tradiciones que dejó Benkos Biohó están representadas en este hombre que a sus 77 años todavía cultiva la yuca para mantenerse. Don Rafael es el compositor, primera voz y director del mejor exponente del Son Palenquero que hay en Colombia.
San Basilio de Palenque es proclamado en 2005 patrimonio oral e inmaterial de la humanidad y gracias al tesón de este hombre de campo y su sexteto, ha logrado que el gusto por esta hermosa música y sus tradiciones sean reconocidas en Colombia y en el exterior. En 1930 José Valdés Simancas conocido como “Simancongo”, interprete de la marimbula, fundó el sexteto, que primero se llamó el sexteto Habanero y que luego bajo la dirección de Rafael Cassiani se llamó “El sexteto Tabalá” (que significa tambor de guerra en la tradición palenquera) de eso hace ya más de 60 años. "Nosotros tocamos con tambores, bongós, maracas, güiro, clave y marímbula (instrumento de origen africano equivalente al contrabajo), único ejecutante en el mundo del son tradicional africano inclusive diferenciándose de Cuba en mantener sus instrumentos tradicionales” dice Cassiani, debemos escuchar sones como: Las Orillas de un Río, Esta tierra no es mía, La vida es muy bonita, Clavo y Martillo, Salome, El Palomo, Dámelo Mamita, entre muchas para descifrar esta riqueza cultural y de tradiciones tan maravillosa#.
Hace muchos años estaba viendo la entrega de unas casas en San Basilio de Palenque por televisión, evento al cual invitaron a tocar al Sexteto Tabalá con presidente a bordo. Apenas empezó a cantar don Rafael, el alcalde de Cartagena los interrumpió para dar un discurso politiquero. Me dio mucha rabia y decidí tratar de conocerlos pero para la época no habían grabado nada, era un grupo que tocaba en las fiestas del pueblo. Luego comencé a seguir su rastro y poco a poco fui conociendo a este hombre maravilloso y su sexteto.
Por primera vez y con una emoción enorme como si estuviera conociendo al más grande cantante del mundo (para mí sí que lo es) me encontré con él, un hombre menudo, tranquilo pero sobretodo muy sencillo. Debo confesar que me desdibujé un poco por la emoción y algunas lágrimas solté.
Maestro para mí es muy grato que desde esta tribuna pueda resaltar la tradición de Benkos y dar a conocer a toda Colombia y al mundo esta música y en su nombre a su pueblo, un pueblo de África al que le sobreviven todas sus tradiciones, inclusive las de los mismos africanos de la época de los esclavos.
