Eva Rey no necesita a los grandes canales nacionales para poner agenda y pocos candidatos o figuras públicas les dicen no a sus entrevistas. Encantadora y frentera, comenzó a utilizar ese formato desde las elecciones presidenciales de 2018. A la de Iván Duque, por ejemplo, le hicieron sátiras y se volvió viral en redes sociales.
Eva Rey, esta vasca de 48 años, tuvo una infancia pobre y aprendió a tocar acordeón porque no había otro instrumento en su casa. Trabaja en Colombia desde comienzos de la década de 2010 cuando aterrizó de la mano de Darío Arismendi en CM&. Estuvo en Noticias RCN, en NTN 24 y forma parte del círculo íntimo de Claudia Gurisatti. Los candidatos a la Alcaldía de Bogotá han pasado por su cedazo.
Pedro González se disfraza de Yamid Amat y todos en la Luciérnaga se desarman. Tenía ya dos hijos cuando se quedó con una mano adelante y otra atrás, decidió quemar sus naves y lanzarse a contar chistes en el concurso del Programa Sábados Felices.
Empezó a llamarse Don Jediondo cuando por allá en 1993, le dijo que ese era su nombre artístico a Alfonso Lizarazo, el presentador de Sábados Felices, a quien le pareció demasiado violento, pero treinta años después, Don Jediondo sigue mandando.
Encarna a Yamid Amat en el programa radial La Luciérnaga y desarma a cualquiera. Incluso, hace cerca de un mes, desactivó un clima tenso entre Gabriel de las Casas y Gustavo Bolívar por un cruce de trinos entre ambos, pues Don Jediondo tiene claro que para un candidato es más importante la entrevista con un humorista que con un experto en política.
Algo similar ocurre con Juanpis Gónzalez quien, desde el boletín del Gomelo, disparó los clics con entrevistas como esta que le hizo a una de sus víctimas perfectas: el exdirector del Dane, Juan Daniel Oviedo, reconocido por su acento de puro Parque de la 93.
Alejandro Riaño logró consolidarse en su personaje a pesar de las críticas que le llueven por que es difícil distinguir el personaje de la persona común y corriente
¿Quién es Alejandro Riaño?
Empezó a estudiar en el Gimnasio Moderno, donde también estudió su abuelo Jaime Pradilla y luego pasó al Gimnasio Campestre, ambos colegios chic bogotanos. Alejandro Riaño tuvo además la oportunidad de vivir dos meses en la Casa de Nariño por ser buen amigo de Felipe Samper, hijo del presidente del momento, Ernesto Samper.
Alejandro Riaño disfrutó de ese privilegio pegado al hijo del Presidente y fue uno de los primeros en tener acceso ilimitado al recién nacido parque de atracciones mecánicas Mundo Aventura y disfrutar los toros en la Plaza de La Santamaría desde barrera.
Su familia es propietaria del restaurante El Pórtico, réplica de un pueblo colonial y sitio obligado de los bogotanos para almorzar y conversar. El Pórtico fue el centro de la vida de Alejandro y donde decidió que quería convertirse en un comediante cuando vio por primera vez en tarima a Antonio Sanint y Julián Arango.
Su papá, lo introdujo en el arte y el teatro. Creció en el barrio La Macarena rodeado de la bohemia de los años noventa, pero no le gustaba mucho su barrio y prefería los del norte hasta el punto de que cuando regresaba de las fiestas, les pedía a sus amigos que lo dejaron en los alrededores de la Calle 76, en el barrio Rosales, al frente de donde vivían sus abuelos y de ahí cogía el taxi hacia su casa en el centro. Con la ruta escolar hacía lo mismo: se quedaba sobre la Séptima y fingía subir a Rosales mientras el bus se alejaba.
Con esta larga experiencia como arribista, ha sido un ‘infiltrado’ que ha sabido retratar como nadie a la élite bogotana. Juanpis es la creación de todos los gomelos que ha visto y las entrevistas suyas para los candidatos son un fortín de visitas, clics y popularidad.
José Gabriel Ortiz siempre fue el alma de las fiestas. Su bonhomía le ha servido incluso para abrirse paso en la carrera diplomática. En su sofá se han sentado distinguidos y ruidosos personajes de la sociedad colombiana.
Por eso invitó a Gustavo Bolívar, uno de los dos candidatos con más opciones de ser alcalde de Bogotá y la respuesta del político del Pacto Histórico, fue dejarlo plantado. En RCN lo esperaba José Gabriel Ortiz, pero ahí lo dejó sembrado y entre chiste y chanza, el famoso presentador dio a entender que Gustavo Bolívar temía a los insultos del candidato Diego Molano. Por su programa, han pasado los otros candidatos a la Alcaldía de Bogotá.
