Sí, es una tragedia, no cabe la menor duda de ello, le duele al mundo las vidas de los futbolistas, del cuerpo técnico, de los periodistas, de la tripulación… Son de esas cosas de no creer, a todos seguramente nos sacó una lágrima, qué magia la que tienen los medios de comunicación para tocar las fibras más susceptibles de quienes los escuchamos sin tener otra alternativa, con este tipo de cosas nos damos cuenta que nos podemos unir y que el poder que tienen los medios de comunicación para movilizarnos es impresionante.
No entendemos ¿por qué es más importante la vida y el reconocimiento público de quienes murieron en un accidente y no tiene la misma relevancia la vida de los campesinos y líderes regionales que han muerto en Colombia? ¿Por qué se nos dificulta tanto comprender y sensibilizarnos frente a las problemáticas que hay en nuestro país?, ¿por qué, frente al asesinato sin escrúpulos de más de 116 líderes, desde el 2012, y 13 en los últimos tres meses, no ha sido suficiente para el despliegue de los medios de comunicación? ¿por qué no nos pronunciamos con el mismo dolor frente a la muerte, el día de ayer, de Dora Lilia Gálvez, quien fue violada, quemada y empalada en Buga el 6 de noviembre?, ¿pero sí le dolió al mundo y nos dolió como país el mismo episodio contra Lucía Pérez de Argentina?, ¿por qué esa hipocresía?, sí pasa afuera nos duele profundamente, pero sí pasa en nuestro territorio lo ignoramos, lo pasamos por alto, ¿estamos tan acostumbrados a las muertes violentas de nuestros compatriotas que solo nos importa, nos mueve y nos sensibiliza cuando pasa afuera?
Hoy, primero de diciembre, nos levantamos con la noticia de una niña embera de cinco años muerta en el Chocó por un balón-bomba, pero nuestros ojos siguen puestos en un equipo de fútbol, de donde a duras penas sabremos que vienen de algún lugar remoto del Brasil. Nos escuece la muerte accidental de 71 personas entre brasileros y bolivianos, pero no la muerte intencionada de colombianos en pleno proceso de paz. ¿Algún medio de comunicación ha dedicado sus editoriales a contarnos la vida a profundidad de los líderes? Por qué tan difícil comprender que lo ocurrido con el avión fue un accidente, por supuesto doloroso, pero no intencionado, seguramente el piloto no iba convencido de asesinar a nadie; a diferencia de quienes asesinaron y están amenazando a los líderes regionales quienes, insisto, están luchando por derechos que van en sintonía por la paz por la que marchamos y estuvimos en vilo desde el 2 de octubre, y que, a propósito, ayer se refrendó. ¿Por qué no llenamos estadios por nuestros compatriotas, por nuestros hermanos, por quienes pierden la vida luchando por un país que no ofrece garantías a nadie?