Acompañados con los “alabaos” de las cantadoras de Bojayá, los habitantes de esta población chocoana, ubicada en la ribera del río Atrato, participaron de la jornada de conmemoración de la masacre ocurrida en su iglesia el 2 de mayo de 2002.
El “Cristo Mutilado”, símbolo de la masacre y de la resistencia del pueblo bojayaseño, el mismo que hace más de un año recibió la bendición del papa Francisco en Villavicencio, encabezó la jornada de conmemoración en honor a las 79 víctimas mortales que dejó la tragedia.
Después de 17 años, las heridas que dejó esa tragedia aún no están curadas entre sus habitantes. Y aunque las Farc, en cabeza de Pastor Alape, fueron hasta allá para pedir perdón, no mucho más ha pasado.
Por ejemplo, la promesa que el hoy expresidente Juan Manuel Santos hizo de donar los 8 millones de coronas suecas, que se incluyen en el Premio Nobel, al fondo de víctimas sigue sin cumplirse.
Santos recibió el Premio en Oslo el 10 de diciembre del 2016 y en Bojayá aún esperan.
Vea el especial sobre Bojayá AQUÍ