No sé si les interese leer algo escrito por profesores de colegios públicos, pero como veo que hablan con tanta propiedad sobre el paro docente, sin investigar la versión nuestra, aquí les dejo este texto. ¿De qué se trata? Este escrito revisa cuatro problemáticas desde la perspectiva de una docente de un colegio urbano con jornada única: nivelación de salario, sistema de salud, jornada única y evaluación docente. Es un texto largo, y denso, porque los problemas son iguales.
De entrada les aclaro que con respecto a los demás trabajadores del sector público, los docentes nos ganamos cerca del 30% menos. Es decir, un arquitecto con una especialización si se le diera por trabajar para una alcaldía cualquiera, ganaría 30% y hasta 40% más, que si trabajara como profesor, por ejemplo, de matemáticas en cualquier colegio público. Sería la misma persona, con los mismos títulos, pero por elegir ser docente, tendría que ganar menos, simplemente porque sí. Ahora, las personas que estamos en el Magisterio somos en su mayoría Licenciados, personas que han estudiado en una universidad, pues solo las instituciones de educación superior pueden dar títulos profesionales. Pero también hay personas de otras profesiones, por ejemplo, Ingenieros Químicos, que deciden irse por la enseñanza. Todos, nos graduamos de una Institución de Educación Superior. Todos nos ganamos con esfuerzo un título. Entonces, ¿por qué nuestro título de Licenciado es subestimado? El ideal es que esa brecha se acabara, y que un licenciado se ganara lo mismo que un ingeniero o un abogado, al fin y al cabo estudiaron la misma cantidad de años. Pero muchas personas piensan que los licenciados y todo aquel que trabaje de docente es un profesional de segunda categoría que no merece sino el salario mínimo.
Con respecto a la salud, la protesta es la siguiente: los descuentos que se deben hacer de nuestros salarios para salud se hacen todos los meses muy puntuales, el dinero sigue llegando a las empresas que nos atienden, pero el servicio es muy malo. Dicen que somos «régimen especial», pero lo de «especial» es solo no pagar la cuota moderadora. ¡Eso es todo! Toca esperar hasta 4 meses o más para citas con especialistas. Yo misma recibí una llamada para un especialista 5 meses después de haberla pedido. Entonces a todo el mundo le venden la idea que somos «especiales» cuando en la práctica nuestro servicio de salud es tan asqueroso como el del resto de las personas de este país que no tienen para pagar medicina prepagada: los enfermos de alto costo no son tratados a tiempo, hacen falta medicamentos, las citas con especialistas se demoran muchísimo, las personas son mal diagnosticadas porque o no envían todos los exámenes que se necesitan o porque los médicos no pueden dedicar más de 15 minutos a cada consulta... etc.
Otro de los puntos de la pelea es la jornada única improvisada. Aumentaron las horas de clase, y los estudiantes reciben el almuerzo en el colegio. Los estudiantes reciben 8 horas de 60 minutos de clase o 9 horas de 55 minutos, tienen media hora de descanso y media hora para almorzar. A los colegios que estamos en jornada única, no les construyeron comedores estudiantiles ni les mejoraron la infraestructura de los salones ni nada. Simplemente alargaron la jornada. Entonces, póngase en lugar de los estudiantes: el salón en el cual usted estudia es caliente, feo y sin ventiladores, pero por estar en un colegio de jornada única, ya no tiene que estar en él metido con 40 estudiantes más desde las 6 hasta las 12:30. ¡No! ¡Ahora tiene que estar metido hasta las 3 o 4 de la tarde! Solo tiene 30 minutos para bajar a almorzar con 300 o 400 personas más al mismo tiempo. ¿Chévere no? Y si no hay comedor, no se preocupe, ¡puede comer en el piso! ¿Creen que exagero? ¡No! El colegio en el cual trabajo es de jornada única y durante los 2 primeros meses la comida no alcanzaba porque había más estudiantes matriculados que las raciones de mercado que enviaban y por lo tanto, ni la comida ni las sillas alcanzaban y los chicos debían sentarse en el piso y las señoras que cocinaban debían hacer maromas para hacer “rendir” la comida.
Y por si están pensando que los docentes recibimos comida gratis, les informo que está PROHIBIDO para nosotros recibir comida preparada con recursos del PAE. Así que tenemos la misma media hora para almorzar, pero debemos o comprar el almuerzo o traerlo de nuestra casa. Y cuando tenemos 1 hora para almorzar debemos hacer media hora de acompañamiento, así que volvemos a la media hora para almorzar. ¿Si ustedes diariamente tuvieran solo media hora de almuerzo en sus trabajos, estarían felices y contentos y con bajos niveles de estrés? ¿Si? Permítanme y lo pongo en duda.
Lo de la evaluación es algo perverso. La evaluación solo la presentan los docentes 1278. Porque es el único cuerpo de docentes (creo que en el mundo) que tienen dos regímenes, es decir unas reglas aplican para unos y otras reglas para otros. Los docentes «antiguos» son del régimen 2277 (el número se refiere al Decreto que nos cobija) y los «nuevos» al 1278. Los del 2277 no presentan evaluaciones, ni nada de eso. Los 1278 presentamos 4 tipos de evaluaciones. La primera es la Evaluación de ingreso, es decir, las personas nuevas ingresamos por medio de un concurso de méritos que incluía una evaluación de conocimientos escrita, una revisión de hoja de vida y una entrevista ante un panel de expertos. Como ustedes verán no es nada diferente al ingreso en cualquier empresa privada.
La segunda evaluación es la evaluación de periodo de prueba. Al final del período de prueba se evalúa los logros y progresos del docente mediante sus evidencias. Los periodos de prueba van de 5 meses hasta los 18 meses, todo depende de la fecha de ingreso. Todos debemos tener más de 4 meses de periodo de prueba, así que si ingresa y el año termina 3 meses después, el periodo de prueba se extiende hasta el año siguiente hasta que termine el año. Normal. Como si fuera una empresa privada, ¿cierto?
Luego de superar la evaluación del periodo de prueba, viene la Evaluación de desempeño. Esta es anual. Los profesores debemos documentar todo nuestro trabajo y entregar las evidencias al rector/a, quien es el encargado/a de evaluarnos. Eso se hace CADA AÑO, SIN EXCEPCIONES. Si no pasamos la evaluación 3 años consecutivos salimos del Magisterio, o sea, nos echan. Es como si usted trabajara como secretaria y se jefe le pidiera un informe con pruebas (en vídeo, fotográficas y documentales) de lo que hizo durante todo el año, porque todas las cartas, reuniones que le toco preparar, los informes que su jefe leyó y revisó, todas las noches que le tocó quedarse trabajando hasta tarde, su jefe mágicamente las olvidó. Y para que le renueven el contrato tiene que presentar un informe final global y completamente documentado de todas sus actividades. Pero digamos que en las empresas privadas hacen eso también. Aclaro, que somos los únicos trabajadores del estado que debemos presentar esta evaluación. Es decir, ustedes no van a ver a ningún abogado que trabaje para la Fiscalía guardando evidencias para mostrársela a su jefe al final del año.
Y aún no hemos terminado, la cuarta evaluación es la que realmente es la perversa. La cuarta es la Evaluación de reubicación y ascenso. Esa funciona así, un profesor puede tomarla 3 años después de ingresar al magisterio. Lo que no cuentan es que la primera evaluación la convocó el gobierno 6 años después de que ingresaron los primeros docentes 1278. Es decir, durante 6 años los maestros que ingresaron, no pudimos mejorar nuestro salario. Esta evaluación la puede convocar solo el gobierno, nadie más, y se debe pagar una inscripción. Se le llama “reubicación” si el profesor busca mejorar su salario sin presentar un título nuevo, y se llama “ascenso” si el profesor presenta un título de maestría o doctorado. Solo se aceptan estos títulos para ascenso. No valen especializaciones ni otros títulos de pregrado. Entonces, antes, nos hacían una evaluación de conocimientos y psicotécnica por escrito y de allí se sacaban los resultados. Ahora debemos presentar un vídeo (que debe ser un vídeo profesional) de una clase, le hacen encuesta a los padres, directivos, estudiantes y una prueba de conocimientos al profesor.
El gasto del vídeo, que oscila entre los 130 mil y 250 mil pesos, debe salir de nuestro bolsillo. Entonces imagínense ¿cómo pueden hacerlo los profesores que trabajan en esas escuelas olvidadas de Dios? ¿Cómo pueden hacer para contratar un camarógrafo? ¿Cuánto no les tocará pagar? Eso no es problema del gobierno, allá verá el profesor cómo se las arregla. Bueno. Todo eso se evalúa y se computa y el resultado debe ser superior a los 80 puntos sobre 100. Y no puede ser 80.00 o 79.99. No hay aproximaciones. Debe ser superior a 80 o la evaluación se pierde. Pero el resultado no es directo. Es decir, imagínense las pruebas SABER 11, que a cada estudiante le dan un resultado global directo. No. El resultado está amarrado al presupuesto y depende del aumento al cual se aspire. Así que invariablemente solo pasan el 18% al 20% de quienes la presentan y el porcentaje de aprobación es mayor entre menor sea la diferencia del aumento. Así que las posibilidades de reubicarse son mucho más altas que las de ascender. El presupuesto es limitado, y nunca podría cubrir a la totalidad de los docentes aspirantes a mejorar su salario. ¿Por qué? Porque reubicarse significa un aumento de 250 a 400 mil pesos en promedio, y ascender significa una diferencia de un millón de pesos en promedio.
Y lo peor es que lo de la evaluación de ascenso y reubicación ni siquiera es lo que estamos peleando. Porque el gobierno ni quiere tocar el tema. Entonces, los profesores 1278 simplemente seguimos resignados.
¿Ustedes conocen una empresa privada en la cual no acepten su título de maestría o de doctorado y la empresa le haga una evaluación para subirle el sueldo porque simplemente no confíe en que realmente usted sabe lo que su título dice? Bueno. Los docentes 1278, trabajamos para una «empresa» que duda de las universidades que ella misma acredita.
Así que, querido lector, si en la empresa que trabaja le menosprecian, muchas personas externas a esa empresa opinan sobre su salario y creen que usted gana una fortuna sin hacer nada, y que tiene dos casas, tres carros y va de vacaciones a Europa, pero usted aún vive con sus padres o en arriendo, se transporta en bus o no ha terminado de pagar las cuotas de la moto o el carro y no ha salido del país; tiene un pésimo servicio de salud; presenta una evaluación de desempeño todos los años, su empresa le cobra por intentar mejorar su salario, pero solo permite que el 18% de los trabajadores lo haga. Bueno. Permítame y lo felicito, usted ya puede ser profesor 1278.
Eso sí, le recuerdo que para ingresar debe pasar un riguroso proceso de ingreso (no ingresa cualquiera) y que le va tocar poner de su salario para pagar los objetos que necesita para trabajar, es decir, marcadores, resmas de papel, tintas, etc.
Sinceramente le agradezco por llegar hasta el final y le dejo esta última pregunta ¿Considera usted que el paro docente es injusto?