El lunes 16 de abril se realizó en Pasto una socialización del estado de la obra doble calzada Pasto-Rumichaca, que se ha reducido a Catambuco-Rumichaca y como se ven las cosas quedará, si acaso, Catambuco-Pedregal.
A este evento asistió el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y como está de salida, porque termina el gobierno Santos, no se le notaba mayor interés en el asunto. Sin embargo, llamamos la atención en 3 cosas en las que poco reparó el auditorio integrado por la flor y nata del gobierno, la política y los gremios económicos de Nariño, a saber: la maquinaria, los costos y la licencia ambiental.
Según el informe presentado por el consorcio Unión del Sur, para el solo tramo Catambuco-Pedregal se requieren 56 retroexcavadoras y solo tienen 14; necesitan 170 volquetas y solo tienen 30; requieren 14 vibrocompactadoras y solo tienen dos retrocargadoras; necesitan 14 buldózeres y solo tienen 2. Esto significa que de toda la maquinaria requerida solo tienen el 19.6%; tienen esto después de 2 años y medio cuando debieron iniciar trabajos y faltando año y medio para terminar la obra o al menos lo que está en el contrato.
Además, en el numeral 7 página 2 del otrosí, firmado el 7 de febrero de 2016, dice que el día 27 de octubre del 2015 las partes suscribieron acta de inicio del contrato de concesión de manera que la fecha de inicio del contrato de concesión corresponde al 28 de octubre de 2015. Y en el numeral 59 de la página 19 del mismo documento dispone que la duración estimada de la fase de construcción es de 48 meses contados desde la fecha del acta de inicio de la fase de construcción.
Y lo que llevan de remoción de tierra no representa ni el 0.5% de la obra.
En cuanto a los precios del proyecto se informó que tiene un costo aproximado de 2.3 billones de pesos a precios del 2013; es decir, a precios de hoy el proyecto estaría costando $519.406 millones más; o sea 2.819.404 billones, que debemos pagar los nariñenses con los peajes y con recursos de la nación. O sea, otra vez los nariñenses, a través de los impuestos.
Y el otro tema que pasó desapercibido es el archivo del permiso ambiental por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), el cual mediante el auto número 619 del 21 de febrero del 2018, la Directora General de la ANLA ordena el archivo de la solicitud de licencia ambiental presentada por la concesionaria Vial Unión del Sur para la construcción de la segunda calzada en el tramo San Juan Pedregal del proyecto vial doble calzada Rumichaca-Pasto, localizado en los municipios de Ipiales, Contadero y Iles e Imues.
Este auto de 209 páginas contiene 48 observaciones a la variante al proyecto inicial, varias de ellas, porque se cruzan o se sobreponen con otros proyectos como por ejemplo con los de la interconexión eléctrica ISA con una parte del proyecto denominado “Construcción y operación del proyecto línea de transmisión a 230 kv Pasto-Quito tramo Colombia”; con la Sociedad Ecopetrol con una área denominada “Operación del oleoducto trasandino OTA”; con la empresa de energía de Bogotá por cuanto se superpone con el proyecto denominado “Línea de transmisión a 230 kv circuito doble Betani-Altamira-Mocoa-Pasto (S/E Jamondino) Frontera y Obras asociadas” y con los intereses del Instituto Geográfico Agustín Codazzi en cuanto a que refiere a la conformación de Zonas de Disposición de Materiales Sobrantes de Excavación –ZODME- y “por las características de los suelos a intervenir y los posibles conflictos que se puedan presentar teniendo en cuenta la cobertura vegetal de dichas áreas en su mayoría corresponde a mosaico de cultivos cuyo uso es agrícola”. Así mismo, se cruza con la Unidad de Planificación de Tierras Rurales Adecuación de Tierras y Usos Agropecuarios (UPRA) por cuanto se requiere también “la conformación de zonas de disposición de materiales sobrantes de excavación y por cuanto las características de los suelos a intervenir en y posibles conflictos que se pueden presentar teniendo en cuenta la cobertura vegetal de dichas áreas en su mayoría corresponde a mosaicos de cultivos cuyo uso es agrícola”.
Después de haberle aceptado al concesionario Vial Unión del sur varias prórrogas la autoridad ambiental en octubre de 2017 y a partir de la información recolectada tanto geográfica como cartográfica y sus estudios bióticos y según modelo de datos expresa su no conformidad ante la solicitud y luego en febrero 21 decide ordenar el archivo del trámite administrativo de solicitud de licencia ambiental al proyecto denominado doble calzada Rumichaca-Pasto, tramo San Juan-Pedregal, y ordena la devolución de la totalidad de la documentación. De esta decisión se notifica a Corponariño, a las alcaldías municipales de Ipiales, Contadero, Iles e Imués, a la Procuraduría Delegada para Asuntos Ambientales y Agrarios de la Procuraduría General de la Nación, lo mismo que a las comunidades étnicas del Resguardo de Iles, cabildo indígena Aldea de María y Resguardo Indígena Colonial de San Juan. Que deben pronunciarse. En contra de este Auto, se presentó reposición que habría sido negado.
La historia no termina ahí, porque en el otrosí número 2 del contrato de concesión bajo el esquema de APP número 15 del 2015 titulado: “Proyecto Rumichaca-Pasto celebrado entre la ANI y la concesionaria Vial Unión del Sur S.A.S", en la cláusula 5ª. dice lo siguiente: “En caso que la ANLA a la solicitud del concesionario sobre la evaluación del diagnóstico Ambiental de alternativas para el proyecto denominado doble calzada Rumichaca-Pasto tramo San Juan-Pilcuán elija la alternativa distinta al denominado trazado fase 3 volverán a regir el numeral 2.1. Tal como estaba contempladas en el contrato de concesión número 0 15 del 2015 al momento de suscripción por las partes el día 11 de septiembre del 2015...” Además, debe tener en cuenta “las recomendaciones condiciones comentarios observaciones y demás que haya realizado la ANLA en la señalada decisión”. Dicho en buen romance, significa volver al viejo trazado.
Recuerdo que en la socialización del proyecto del 27 de febrero de 2017 yo advertí que nos iban a meter los dedos a la boca a los nariñenses; y hoy, dos años después, no han sacado los dedos; contando para ello con la complicidad de nuestra mal llamada clase dirigente.