En el mes de mayo la ministra de transporte anunciaba a los cuatro vientos que los recursos para la doble calzada Pasto-Popayán estaban garantizados. Diputados de Nariño y Cauca, concejales de Popayán y Pasto, lo mismo que algunos congresistas de las dos regiones recibían con beneplácito que “por buen camino avanzan los estudios en su tercera fase para la construcción de la doble calzada entre Popayán y Pasto”. De acuerdo con la ministra Ángela María Orozco, “los estudios y adjudicación deberán estar terminados antes de que termine el mandato el presidente Duque, para así poder iniciar la ejecución de las obras, que era uno de los grandes compromisos que adquirió el presidente de la república”. Así quedó consignado en diferentes medios de comunicación. Una nota en tal sentido podemos observarla en un video subido en YouTube:
Avanza el tiempo y nada que se hace realidad el anuncio de la ministra y la palabra honrada del presidente Duque. En el mes de julio el diputado Jesús Erazo, en el recinto de la asamblea departamental y ante el vicepresidente de la ANI, expresa su “sinsabor por el proyecto del corredor vial entre Pasto y Popayán que pretenden adelantar y que se viene socializando”. Le preocupa a la duma departamental que los recursos parecen embolatarse en las arcas y voluntades del gobierno nacional. Con preocupación se expresa que, no obstante, el anuncio oficial de cumplimiento de su palabra con Nariño de los 271 kilómetros del proyecto solo se contemplan como doble calzada 24 kilómetros, siendo un proyecto poco futurista y desfasado a la realidad de este importante corredor vial que inclusive es de carácter internacional”. Sus palabras de preocupación e inconformismo quedan consignadas en un video que circula profusamente por las redes sociales. Las sospechas de que el tramo Pasto-Popayán se embolate empiezan a tener sentido, prendiendo una voz de alerta.
Ya desde marzo de 2021 en Popayán empiezan a circular rumores de que este proyecto vial no cuenta con recursos, dejando al departamento de Nariño prácticamente incomunicado con el resto del país. En grandes titulares se deja constancia que existe una 'Decepción en Nariño por el proyecto vial Pasto-Popayán'. En Radio Súper de Popayán se publica una nota en tal sentido: “El corredor Pasto-Chachagüi-Mojarras-Popayán proyecta además la construcción de nueve túneles y la rehabilitación de 14 kilómetros de vía y el mejoramiento de 220 kilómetros de calzada sencilla. Sin embargo, en concepto de varios diputados una obra sin mayor impacto para la conectividad internacional”. Nos queda igualmente ese sinsabor ante un pronunciamiento en el sentido de que esta obra vial es “sin mayor impacto”. Podemos leer la nota completa en el siguiente enlace: http://www.radiosuperpopayan.com/2021/03/05/decepcion-en-narino-por-el-proyecto-vial-pasto-popayan/
Poco a poco se iba desdibujando la ilusión de los nariñenses de contar con una vía en condiciones dignas. La palabra “honrada” del presidente Duque, como lo dijera la ministra de transporte, empieza a sonar a simple promesa en el departamento de Nariño. Causa consternación el silencio de nuestros congresistas y gobernantes por cuanto las implicaciones de este incumplimiento son graves en materia comercial y económica para el departamento de Nariño.
Desde abril de 2020 informativos regionales lanzaban campanazos de alerta sobre la suspensión de esta importante y vital obra vial. Así titulaba el Informativo del Guaico este incumplimiento con Nariño: 'Doble calzada Popayán-Pasto no fue incluida en obras 5G'. En este informe periodístico se destaca el pronunciamiento del gobernador de Nariño, John Rojas, al presidente de los colombianos: “Nos dirigimos a usted para manifestar, en nombre del pueblo de Nariño, nuestra extrañeza por la NO inclusión del proyecto de la doble calzada Popayán-Pasto, con la variante Timbío-El Estanquillo, en el paquete de 12 obras que por valor de 17 billones de pesos se adelantarán dentro del programa de concesiones denominado “de quinta generación”. Quizá aquello de que esta obra vial “es “sin mayor impacto” es una realidad para los inversionistas y concesionarios que no justifican una inversión de tal magnitud en territorio nariñense. Fuera de este tibio y tímido oficio por parte del gobernador de Nariño no conocemos un nuevo pronunciamiento que exprese la total indignación del pueblo de Nariño ante esta nueva afrenta del gobierno nacional. En este oficio le recuerda que en el “Taller Construyendo País realizado en Pasto el 18 de mayo de 2019, asumió el compromiso de a diciembre de 2020, concluir la estructuración de la APP entre Pasto y Popayán y abrir la licitación”: https://informativodelguaico.com/doble-calzada-popayan-pasto-no-fue-incluida-en-obras-5g/
Por aquellos días el gobernador de Nariño deja escuchar con vehemencia en reclamo de lo pactado e incumplido por el gobierno nacional: “El proyecto en mención hace parte de la vía que comunica a Colombia con el Ecuador y Sur América, beneficia directamente no solo a Nariño, sino al Sur-occidente del País y se constituye en una solución de fondo a los problemas que por fallas geológicas, siempre se han presentado en la actual carretera, sobre todo en tramo Timbío-El Bordo, con graves consecuencias para la competitividad de la Región y el País, pero sobre todo para la vida e integridad de las personas que la transitan por los continuos accidentes”.
Pero, curiosamente y ante el estruendoso anuncio de suspensión de la obra, el gobernador de Nariño sale a los cuatro vientos a expresar un triunfo con total sabor a derrota. En un medio local afirma que “hoy recibimos una grata noticia, la adjudicación del mantenimiento y rehabilitación de la vía Pasto-Popayán”. Anuncia la inversión pírrica de “sesenta y dos mil cuatrocientos setenta y un millones de pesos”. Expresa mejoramiento en comunicación, seguridad y transporte de mercancías y pasajeros. Lo que iba a ser una obra trascendental y monumental queda reducida a pavesas asfálticas que para los buenos entendedores no es más que un simple y absurdo reparcheo o mantenimiento de una vía obsoleta e inoperante.
No se entiende este cambio de discurso que se traduce en atraso y rezago del departamento de Nariño, una verdadera vergüenza que nos deja malparados ante las diferentes obras adelantadas en otras regiones del país. Una afrenta que nos convierte en mendigos que agradecen las migajas que les tiran de la opulenta mesa nacional. Una cobardía que nos deja mal posicionados y en condiciones inequitativas de competitividad y desarrollo.
Nuestros representantes y gobernantes debieron protestar enérgicamente ante este exabrupto vial, que no es otra cosa que una simple palmadita para calmar ánimos y acallar voces de protesta e indignación. ¿Cómo es posible que se nos diga a los nariñenses que a cambio de una vía 5G se nos conceda una miserable estructuración de la obra que, lo expresamos, no es otra cosa que un mal llamado reparcheo y mantenimiento de tramos que, estamos seguros, a los pocos meses o días volverán a presentar los mismos problemas de inseguridad e intransitabilidad?
Con amigos así para qué enemigos. Con gobernantes así para que burlas ajenas. Considero que este es un engaño al pueblo de Nariño, a su deseo de integrarse definitivamente a un país que no ha sido capaz de hermanarse ante sus necesidades y afugias económicas y sociales. No, señor gobernador, no es así como se construye futuro y se brinda progreso a los pueblos. Es con dignidad de un sincero gobernante como se gana el aprecio y afecto de los pueblos. Pero, lo reiteramos, no entendemos cómo se puede salir a expresar ante los diferentes medios de comunicación que este cambalache en el cual perdemos desde todos los aspectos pueda constituirse en un contundente triunfo del pueblo de Nariño. Eso se llama, simple y sencillamente, traición a un pueblo que merece mejor suerte y mejores gobernantes.
Se nos debió convocar a una protesta masiva y digna a los nariñenses, exigirle al gobierno nacional el cumplimiento de su palabra empeñada y abogar por mayores y mejores recursos, que nos garanticen algo más que un simple reparcheo de una vía que ya no ofrece condición alguna de progreso y bienestar para nuestro pueblo. Sentimos dolor de patria chica, se nos revuelven las entrañas, se nos juntan y agolpan todos los dolores y se nos abren las heridas del pasado y entendemos que quizá sea cierto que somos un país aparte y que como tal debemos proclamar una independencia que nos permita y facilite ser los dueños de nuestro propio destino.
Hay mucho más que expresar y muchas llagar por mostrar y restregar. Pero preferimos que sea nuestro pueblo el que lo haga, el que se haga sentir, el que demuestre que aún sentimos hervir la sangre cuando la afrenta nos toca de cerca y la traición yace entre los nuestros.