Divide et impera, frase de dudoso origen atribuida al dictador y emperador romano Julio César, resume la estrategia con la que los gobernantes de nuestra nación y quienes aspiran a serlo nos dirigen y alientan. Consiguen su objetivo enfrentando a distintos colectivos, o echando a la sociedad en general encima de algún grupo en particular.
La maniobra puede calificarse con distintos adjetivos excepto inocente, fortuita o casual. Ningún partido político tiene la exclusiva, todos se apuntan a practicarla. Se ejecuta a pecho descubierto, sin sutileza alguna. Ha sido muy premeditada y se vocea por todos los medios de comunicación. Su objetivo es que los ciudadanos levantemos el dedo acusador los unos contra los otros, llegando incluso a convertirnos en jauría humana a la caza de quien los politicastros indiquen. Con ello tratan de desviar nuestra atención de la nube de miseria y podredumbre que les envuelve. Todo con tal de evitar que los gobernados les señalemos y les expulsemos, por su demostrada inepcia e ineficacia, de sus cómodas poltronas, de sus pensiones en muchos casos vitalicias, de las regalías que disfrutan, de las prebendas asociadas al cargo, de los despachos públicos que utilizan como trampolines para futuras hazañas privadas...(Juan Perea. El confidencial. 30.09.2011)
Ni mas ni menos lo que sucede en Colombia, ejemplos hay muchos, pero los mas representativos son el paro de Buenaventura, que enfrentó a los habitantes del puerto y los comerciantes, los grupos religiosos contra la ideología de genero, los maestros contra el interés común, y el último y más descarado Belén de Bajirá.
La situación es esta: una población de 16.000 habitantes subvalorada políticamente, (como muchas en la costa caribe) olvidada o saqueada por la corrupción e ineficiencia administrativa; ahora es foco de interés de políticos y empresas que quieren explotar sus recursos. Los pobladores dicen que Chocó no les ha dado nada, pero lo que ha invertido Antioquia es irrisorio según las cifras del Dane, donde el 80% de sus habitantes tiene necesidades de servicios básico insatisfechas, así que escogen ser parte de "lo menos peor", choco los integra a su territorio como condición para terminar un paro, pero Antioquia se indigna porque siempre creyeron que fue su territorio y llama a consulta popular. El Gobierno juega a desestabilizar dictaminando que es territorio chocoano, y los intereses de bananeras y petroleras compran voces de protesta para que se quede en Antioquia.
Ni al gobierno, ni a las empresas, ni a las administraciones locales les importa la gente. ¡A ninguno! Les interesa la tierra y los recursos que en Belén de Bajira ya conocemos que hay: palma, oro y petroleo, además de ser una vía estratégica a futuro para desarrollo comercial internacional.
Así que los beleños están divididos, los que quieren ser del Chocó y los que quieren ser de Antioquia. ¿A quién conviene esto? Al gobernador Luis Pérez y sus intereses comerciales, a los empresarios de la Anglo Gold, y a la administración chocoana, al señor Jhoany Carlos Palacios, que con sus arengas quiere ganar adeptos políticos para las futuras elecciones. Así que divide y reinarás se aplica en un país donde las noticias duran una semana, todo se olvida y le creemos aún a los políticos que solo quieren reinar en río revuelto. Divide et impera.
