En torno a la necesidad de mejora de las condiciones actuales del Distrito de Riego de Marialabaja, vale la pena tener presente cómo fue su origen.
Sabemos hasta hoy que por Resolución de Junta Directiva del Incora No. 59 de diciembre 10 de 1962, se creó el proyecto con base en un estudio elaborado por la Caja Agraria en los años 50 por R.J Tipton Asociates INC., que se tituló Posibilidades para el desarrollo de recursos hidráulicos del departamento de Bolívar.
En 1963, se contrató con Hidroestudios el diseño de las obras requeridas de control de inundaciones, drenaje y riego del área del distrito. En 1965 se iniciaron los trámites con el BID, para la financiación de las obras de la primera etapa del proyecto; préstamo que se otorgó en abril de 1966.
Durante los primeros años de funcionamiento, todo parecía ir a las mil maravillas, hasta que fueron apareciendo los fenómenos climáticos, siendo el más nefasto el del niño, que sabemos que trae consigo prolongados periodos de sequía que afectan significativamente la recuperación de los embalses y por ende la cantidad de recurso hídrico disponible para la venta; piedra angular para generar los ingresos que permiten el sostenimiento del distrito de riego desde el punto de vista administrativo, operativo y conservación del mismo.
Embalse de Playón
El gráfico anterior podría corroborar la situación de crisis que durante los últimos cinco años ha estado experimentando el distrito de riego debido al hecho de no poder alcanzar las cotas que permiten ofrecer el recurso hídrico y satisfacer las demandas del mismo por los usuarios.
La situación anterior genera un escenario donde se manifiesta una crisis compleja desde los diferentes componentes objeto de administración de Usomarialabaja. Esto desde el punto de vista administrativo, operativo y conservación del distrito de riego. Situaciones que podemos agrupar y poder ordenar la preparación de argumentos que nos ayudarían a plantear soluciones de fondo, entre ellas encontramos:
- Alto índice en los niveles de la cartera vencida, iliquidez para cumplir obligaciones en el corto plazo, deterioro en la infraestructura hidráulica, deterioro de la maya vial, frente a esta situación compleja es necesario plantear alternativas coherentes a la realidad del distrito de riego.
- Durante los últimos 3 años la ADR ha realizado aportes significativos en la rehabilitación de algunas estructuras hidráulicas, lo cual se convierte como un paño de agua tibia.
- Es objeto de atención prioritaria analizar las fuentes generadoras de ingreso en las finanzas del distrito, es así como solo cuenta con una única fuente de ingresos por concepto de tarifas tanto fija como la tarifa volumétrica. Lastimosamente, la tarifa volumétrica depende de los volúmenes de agua, que a su vez dependen del régimen de lluvias como factor natural y que podríamos determinar como una variable exógena. Ante la escasez del recurso hídrico se deriva una crisis en términos financieros que convierten al distrito en una empresa inviable, al no existir la posibilidad de facturar el agua como insumo agropecuario. Esto desestimula el recaudo de la tarifa fija.
En torno a lo anterior no podemos utilizar el martillo como nuestra única herramienta, porque todos los problemas se parecerán a un clavo.
Ante esta situación compleja, no resulta oneroso plantear hipótesis extremadamente simplistas. Es por eso que planteamos como una aproximación conceptual el camino que nos podría encausar y de esta forma poder salir de la situación crisis al éxito.
1. Rehabilitación integral del distrito de riego. Frente a este aspecto existe una esperanza alentadora por parte de la gobernación de bolívar, ya que actualmente se están desarrollando los diagnósticos respectivos.
2. Expansión de la frontera agrícola. Esto nos obliga a romper el paradigma de que solo el cultivo de arroz y palma jalonarían el desarrollo y crecimiento del distrito de riego.
3. Fomento del modelo de las alianzas productivas articuladas a proyectos agroindustriales y adopción de nuevas tecnologías.
4. Ampliación de la oferta hídrica, de tal manera que se incluyan nuevas áreas productivas, habilitándolas con sistema de riego, para lo cual existe la posibilidad de construir la presa Arroyo Corral para generar trasvase al embalse Matuya y bombeo desde la ciénaga de María la Baja hacia un tramo del canal principal.
5. Continuar la actualización del registro general de usuarios.
6. Pensar en la posibilidad de operar con operador especializado.
7. Modernización del centro administrativo.
8. Generación de nuevas fuentes de ingresos, esta podría ser una de las más importantes, por cuanto garantizaría la autosostenibilidad económica y financiera del distrito a largo plazo.
