Entrado el nuevo milenio diferentes instituciones en las Américas y el Caribe, en especial en los países de Brasil, Estados Unidos y Colombia, desarrollaron algunas políticas en educación a favor de las comunidades afrodescendientes, debido a una realidad manifiesta de exclusión de esta población en diferentes espacios de toma de decisiones de la esfera nacional, a los cuales, en teoría, solamente se puede acceder si se cuenta con cierto nivel de formación académica. Estas políticas también se orientaron a combatir el racismo y la discriminación racial que tienen los sistemas de admisión de las universidades públicas y para ello crearon incipientes programas de acción afirmativa consistentes en el otorgamiento de cupos especiales de acceso a estas instituciones.
Esta iniciativa fue una exigencia del movimiento social a nivel mundial, donde la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, llevada a cabo en Durban (Sudáfrica) en el 2001, fue el principal evento de referencia ya que en su plan de acción insta a las instituciones de educación superior y a los Estados a adoptar medidas que permitan el acceso y permanencia de la población afrodescendiente en el sistema educativo. Para el caso de Colombia, el artículo 40 de la Ley 70 de 1993 planteó que el Estado adoptara medidas para el acceso a la educación superior y una parte de esa materialización fue el Decreto 1627 de 1996 desde el Gobierno nacional sobre créditos condonables para afros, administrado por ICETEX. A la par, las universidades también comenzaron a poner en práctica admisiones diferenciadas o cupos especiales para afros, empezando en la Universidad del Tolima en 1996.
Posteriormente, continuó la Universidad Tecnológica de Pereira con los cupos especiales o admisión diferenciada, después siguieron la Universidad Distrital F.J.C, la Universidad del Magdalena, la Universidad de Antioquia, la Universidad Surcolombiana, la Universidad del Valle, etc. Un hecho de importancia en Colombia para impulsar las acciones afirmativas fue la creación del Colectivo de Estudiantes Universitario Afrocolombiano (CEUNA) en el 2004, y después la conformación por iniciativa del CEUNA del Encuentro Nacional de Estudiantes Universitarios Afrocolombiano, más conocido como ENEUA. Ellos empezaron a nivel nacional una ardua gestión por la creación de cupos especiales en las universidades públicas que no tenían.
Por eso, el CEUNA presentó en el 2006 a la Universidad Nacional de Colombia una solicitud de creación de un programa de acción afirmativa integral que abarcara acciones que fomentaran el acceso, permanencia y graduación de estudiantes afrodescendientes. La universidad, sin embargo, nunca dio respuesta a esta petición. Por esta razón, la primera acción de hecho del primer ENEUA fue la toma de la universidad más importante de Colombia en Bogotá en septiembre del 2007.
Producto de esta toma se inicia una negociación con la Universidad Nacional que tres años después arrojó un pobre programa de admisión especial para afros. La toma a la Universidad Nacional fue un punto de partida para que los estudiantes participantes del ENEUA dieran las discusiones de ampliación de cupos en las instituciones que contaban en ese momento con admisión diferenciada (Univalle, U. Distrital, U. de Antioquia) y se crearan en el resto de las universidades públicas del país. Por su parte, en la Universidad de Cartagena en el 2008 se realizó una reunión entre el rector de turno y quien suscribe estas líneas. Dicho encuentro tuvo como finalidad sensibilizar al rector sobre la necesidad de creación de cupos diferenciados para estudiantes afrodescendientes en su universidad. Este diálogo al interior de la Universidad de Cartagena lo continuaron estudiantes de Palenque en cabeza de Harold Salas, líder fundador de la organización Suto Jue, "nosotros somos" en lengua palenquera.
El resultado de ese proceso fue la creación del programa de admisión especial para estudiantes afrocolombianos, negros, raizales, y palenqueros, muy criticado por las expresiones estudiantiles y comunidad afro por ser el más pobre en el ofrecimiento de cupos. Este programa fue creado por el Acuerdo 09 del 8 de septiembre de 2010 y contempla el acceso diferenciado de un estudiante afrodescendiente en cada facultad, siempre y cuando alcance el puntaje requerido en el examen de admisión.
Después de 8 años de implementación de este acuerdo se hizo una solicitud de modificación. Esta solicitud ocurrió en la coyuntura de un empleo en el Ministerio de Interior, Dirección de Comunidades Negras, de quien les escribe, quien aprovechó el trabajo para continuar de nuevo el debate por la ampliación de los cupos en la Universidad de Cartagena, ya que esta de forma racista y discriminatoria se niega a la creación de un programa que realmente sea digno frente al acceso de la comunidad negra y que por lo menos sea comparable con otras universidades.
Para sustentar el título de este texto presento el siguiente cuadro comparativo con otras universidades públicas que tienen cupos especiales para afro:
La Universidad de Cartagena otorga un cupo por facultad y tiene 11.
Mientras tanto, todas estas universidades tienen otros programas de admisión diferencial —sean para indígenas, víctimas, municipios pobres, madres de familia, entre otros—, y a pesar de ello los cupos que otorgan son por carrera y cuentan con al menos 20 carreras, a excepción del Colegio Mayor de Cundinamarca con 13 programas y la Universidad de Sucre con 18.
Desde el palenque un cimarrón todavía.
