A propósito del disfraz mafioso de Jennifer Arias, la uribista recientemente nombrada presidenta de la Cámara de Representantes, ¿a usted de qué le gustaría disfrazarse?
¡Piense que la selección del disfraz tiene mucho que ver con sus más íntimos miedos, deseos y fantasías!
¿Se disfrazaría de vampiro para sentirse banquero?
¿Se disfrazaría de alguno de los superhéroes para poder “impartir” justicia protegido por un antifaz?
¿Se disfrazaría de payaso para asustar niños?
¿Se disfrazaría de sacerdote para escuchar confesiones?
¿Se disfrazaría de prostituta para experimentar, en la fantasía, deseos prohibidos?
¿Se disfrazaría de princesa “mamacita”para seducir un mafioso?
¿Se disfrazaría de vaquero para dispararle a los indios?
¿Se disfrazaría de sadomasoquista para darle látigo a su pareja?
¿Se disfrazaría de mujer para experimentar cómo sería salir del closet?
¿Se disfrazaría de algún político?
¿Se disfrazaría de algún animal para sentirse mejor persona?
Piénselo, échele cabeza y hágase la pregunta. ¡De pronto la cita con el psiquiatra la cubre la EPS!