La esencia de las cosas es su ser, así lo determina la filosofía. Siendo más ilustrativo, este ser está determinado por su naturaleza, materia y sustancia; algo diferente a la conciencia y a las sensaciones. Es decir, se encuentra fuera de nosotros y es una realidad objetiva que se puede medir, tocar, eliminar, cambiar o modificar.
Cuando se habla de tombo, a todos los colombianos inmediatamente nos aparece en nuestras mentes un policía. Esta imagen es la de un hombre o una mujer con una vestimenta[1] puntual de color verde aceituna y una serie de accesorios como bastón de mando (bolillo), armas, placas, cinturones, arneses, insignias de mando, gorras, medallas, condecoraciones, corbatas, escudos, chalecos antibalas, cascos, etc.
Los atuendos, en general, son representaciones simbólicas de un estatus social (rico-pobre), profesión, oficio, actividad o tipo de servicio (médico, bombero, chef, piloto de avión, socorrista, sacerdote, estudiante, ciclista, campesino, magistrado, prisionero, albañil, vigilante, etc.).
A lo anterior le debemos sumar los colores y su fotometría, es decir la intensidad (cantidad de flujo de luz) del color, los cuales tienen una influencia en nuestras emociones. Unos nos pueden irritar y otros llevar a la calma. Estudios señalan que el rojo (se encuentra dentro de los colores cálidos) aumenta el ritmo cardiaco e incrementa la adrenalina, llevando a los individuos a ser activos y entusiastas. El verde, color del uniforme policial, es frío y provoca la sensación de calma, frescura y bienestar, pero también de tristeza y soledad. En síntesis, el policía con sus actitudes, aptitudes y el color de su uniforme busca una relación fresca, calmada y amigable con la ciudadana.
El llegar a vestir de equis (x) o ye (y) estilo se debe a las diferentes formas de indumentaria por las que ha pasado el ser humano en nuestra sociedad y que obedecen, también, al tipo de cultura, su clima ambiental y al tipo de influencia psicológica que puede desencadenar; partiendo de la desnudez, uso de taparrabos, mantos, túnicas, casacas, pañolones, ruanas, abrigos, sombreros, cascos, gorras, chalecos, togas, guantes, pantalones, faldas, túnicas, medias, interiores, armaduras, tirantes, etc.
En la evolución de todas estas prendas de vestir, entran en juego también, el tipo de material, su diseño, la tecnología para su construcción, la influencia sociocultural, la diferencia de género como edad, estatura y volumen de la persona, costos, o contextos donde se vaya a utilizar.
Continuando con la historia, los primeros uniformes de la Policía Nacional de Colombia, en su diseño, se caracterizaba, por un buen número de botones ubicados en las mangas, parte delantera del saco, en dos o tres hileras verticales, y en la parte trasera, en sus aberturas.
Que me digan tombo no es un desprecio y una humillación, menos un acto de censura y desaprobación. Por lo contrario, es un halago y una alabanza, un símbolo de honra y prestigio. Es un reconocimiento histórico, pues el botón, botón, botón, tombo, tombo, de mi uniforme es representación de autoridad, reconocimiento de la protección que irradio y materializo; muy diferente al uniforme que está asociado con la guerra.
Para finalizar, el saber portar este uniforme debe estar siempre acompañado de la ética y la moral, además de competencias profesionales y una buena toma de decisiones en el actuar para impartir y dar ejemplo de comportamiento social y aplicación de la justicia.
[1] Conjunto de prendas y accesorios utilizados para protegerse del medio ambiente, que se le suma a ello la forma de representar una cultura, religión o función social