El 6 de Septiembre de 2010, un mes después de haberse posesionado Presidente, Juan Manuel Santos citó a Henry Acosta Patiño, al Palacio de Nariño. Había tomado la decisión de iniciar la negociación política con las Farc. Le enviaba con él un mensaje a Alfonso Cano y a Pablo Catatumbo, el máximo Comandante y al jefe del Bloque Occidental. “Dígales que quiero hacer la paz con ellos. (…) Dígales que quiero que hagamos la paz con dignidad y sin mentira. Que esperamos una respuesta secreta, a través suyo (Henry Acosta). Por último dígales que no le ponga cuidado a declaraciones públicas de mi gobierno acerca de ustedes, que solo crean que estamos proponiendo dialogar secretamente con ustedes, al más alto nivel”.
Santos proponía un encuentro secreto entre dos representantes del gobierno colombiano y dos de la guerrilla de las Farc , en el Brasil o en Suecia. Los enviados suyos serían el entonces Comisionado de paz Frank Pearl y su hermano Enrique, quien proponía que hablara primero con Cano y Catatumbo “de quienes es amigo” (sic) en Colombia y que luego se reunieran los delgados de las Farc en cualquiera de los dos países mencionados.
Henry Acosta le había hecho llegar a Juan Manuel Santos, ya electo Presidente, pero aún sin posesionarse, el 12 de julio del 2010, una comunicación en la que se ofrecía ser facilitador de un posible acercamiento entre su gobierno y las Farc para buscar la paz, y le planteó una hoja de ruta. Un camino que ya había transitado con el Presidente Álvaro Uribe cuando Luis Carlos Restrepo y Frank Pearl eran los comisionados de paz y Juan Manuel Santos el ministro de defensa.
Santos se tomó su tiempo. Esperó dos meses y sobre todo portar la banda presidencial antes de decidirse a actuar. Pero llegó el día. La decisión de iniciar el camino hacia una negociación de paz con la guerrilla se la comunicó al país en el discurso de posesión el 7 de Agosto del 2010 y se la formalizó a las Farc en la carta que llevo Acosta Patiño exactamente un mes después: el 7 de septiembre.
Esta carta contiene el mensaje de Santos a Alfonso Cano y Pablo Catatumbo para hacer la paz. Documento contenido en el libro 'El Hombre clave': Henry Acosta Patiño
El primer sorprendido fue el Presidente saliente Alvaro Uribe, quien había ungido a Juan Manuel Santos para sucederlo como candidato de su Partido, la U. Su gesto de desconcierto durante el discurso de posesión en la que también advirtió el acercamiento con el Presidente de Venezuela Hugo Chávez, quedó en la memoria visual de los colombianos ese 7 Agosto de 2010. El mismo día en que empezaba la búsqueda de la paz, nacía el antagonismo entre Juan Manuel Santos y Alvaro Uribe que ha llevado al país a una polarización de seis años que se medirá con el Plebiscito del próximo 2 de Octubre.
Alfonso Cano recibió la misiva presidencial por conducto de Pablo Catatumbo, quien la recibió de manos de Acosta, quien llegó con su esposa Julieta López, su compañera de todas las horas. Cumplía una más de las difíciles jornadas desde su casa, en el sur de Cali, hasta lo alto cordillera para encontrarse con el jefe guerrillero. Pablo Catatumbo y Henry Acosta se habían conocido veinte años atrás por una circunstancia casual, de la guerra, cuando el economista quindiano en desarrollo de actividades profesionales asociadas a su trabajo de formación de cooperativas en el sector rural, fue interceptado por guerrilleros y conducido a donde su jefe en la zona alta del Valle del Cauca.
Desde entonces entablaron un diálogo ininterrumpido que iniciará un nuevo capítulo después de la firma de la paz en la que los dos han cumplido un papel crucial. “Valió la pena haber vivido”, ha repetido muchas veces Henry Acosta cuando se refiere a ello, un propósito en el que se empeñó, lleno de escollos y vericuetos como los que relata en su libro El hombre clave, recientemente publicado por Random House.
Alfonso Cano era el máximo comandante de las Farc desde la muerte de Manuel Marulanda Vélez el 26 de marzo del 2008, y ejercía el mando desde la cordillera Occidental a donde llegó después de la presión militar sobre el páramo de Las Hermosas, donde permaneció el primer año de comandancia. Pablo Catatumbo siempre combatió en las montañas del Cauca y el Valle y mantenía con Cano una comunicación, además de camaradas, de amigos. Por la confianza con Acosta Patiño, fue el encargado de redactar la carta que contenía el mensaje de respuesta al Presidente. Fechada el 15 de octubre de 2010, explicaba la demora en la necesidad de haber tenido que asimilar la muerte del Mono Jojoy en un bombardeo a su campamento en La Macarena; precisamente una semana después de haber recibido la propuesta de paz de Santos. Estaba claro que el Presidente jugaría a la zanahoria y el garrote.
En la misiva de respuesta, las Farc valora “haber designado a su hermano Enrique para los contactos iniciales. Eso evidencia compromiso” (sic) y proponen como escenario del primer encuentro secreto Venezuela o Cuba por la garantía que pueden brindarle a sus delegados. Una carta sencilla y precisa que selló el arranque del proceso cuyo pilar tenía un nombre: Alfonso Cano.
Carta de respuesta de las Farc en el que aprueban la primera reunión en la frontera de venezolana (Este documento hace parte del libro 'El Hombre clave', Random House)
Desde las montañas del Cauca, en Suárez, donde estará localizada una de la zonas campamentarias para el desarme de las Farc, Cano dirigió durante el primer año los avances de la negociación. Todo era a través de correos humanos y reuniones en estricta reserva. Solo un pequeño grupo de seis personas lo acompañaba; pocos sabían de sus movimientos. No eran tiempos de combate.
Sin embargo, el Presidente --quien había depositado su confianza en Cano para comenzar a transitar el camino hacia la paz once meses antes-- no estaba en lo mismo. Dio la orden para eliminarlo el 4 de noviembre del 2011. Autorizó la Operación Odisea que concluyó con el asesinato del jefe máximo de las Farc. Santos lo presentó como un trofeo de guerra. Las Farc no tambalearon. Nombraron como sucesor al más antiguo comandante del Secretariado, Timoleón Jiménez –Timochenko-, quien firmará el Acuerdo Final con el Presidente Juan Manuel Santos el próximo 26 de septiembre en Cartagena. Alfonso Cano, el gran ausente.