Debo lamentar despedirme de Las 2 Orillas en protesta por la difamación de la que he sido víctima por parte del señor Gustavo Rugeles desde este portal de noticias, aún después de haber rectificado sus falsas alegaciones. Considero incompatible mi permanencia en este espacio hasta tanto el periodista en mención no rectifique plenamente la asociación que pretende hacer de mi nombre con personas cuestionadas por vínculos con el paramlitarismo y la parapolítica, actividades criminales que no solamente he denunciado con efectividad, sino exponiendo mi propia tranquilidad personal en el esfuerzo. Debo recordarle al señor Rugeles que a quién acusa injustamente fue la persona que dio lugar con su denuncia a la iniciación del proceso de la parapolítica por parte de la Corte Suprema de Justicia dentro del cual han sido investigados y condenados ya cinco docenas de parlamentarios.
Con base en una invitación a un evento al que no estuve programada para asistir, el señor Rugeles, en esa primera ocasión bajo el manto del anonimato, tituló que un cuestionado representante a la Cámara era mi anfitrión en Santa Marta, a donde acudí por invitación de Acodal para participar en calidad de conferencista en el 58 Congreso de esa respetable agremiación de ingenieros sanitarios y ambientales.
Molesto con mi rectificación, el día de ayer publicó dos notas que permanecieron todo el día, una a lado de la otra, destacadas en el portal. La primera, titulada La mala hora de Yahir Acuña, relata los vínculos de parlamentario con el paramilitarismo en Sucre sobre los cuales la Corte Suprema de Justicia le abrió, según reza el texto publicado, investigación en 2011. Justo al lado, para quienes no conozcan los antecedentes del representante Acuña, Las 2Orillas publica la segunda nota del señor Rugeles en la que me adjudica estar detrás de la candidatura de César Bateman a la Alcaldía de Santa Marta porque encuentra que mi esposo de ya 30 años estuvo casado con una pariente del señor Bateman. Este último se presentó como candidato al Parlamento Andino por el partido 100% Colombia que dirige y eligió al señor Acuña, ahora hace parte de un frente por la paz que se conformó en el Magdalena con algunos miembros del Polo y de otros sectores políticos y sociales de ese departamento y, desde luego no es ni candidato, ni precandidato mío para ningún cargo.
Soy partidaria de la libertad de expresión y de la más absoluta reserva de las fuentes de los periodistas quienes deben observar un estricto código de conducta ética, por la enorme responsabilidad que les compete, especialmente en una sociedad tan convulsionada como la nuestra. Sin embargo, he encontrado once (11) afirmaciones en la segunda nota del señor Rugeles que riñen con la verdad, entre ellas, la que asegura que “intentó” comunicarse con mis oficinas cuyo teléfono se encuentra en el directorio telefónico, previo a la publicación de sus notas difamatorias destinadas a dañar mi reputación y buen nombre y por las que tendré que acudir a los tribunales. O hizo mal la investigación, incluida la de mis teléfonos y correo electrónico, o le metieron los dedos en la boca. Ambas eventos están por fuera de los exigentes estándares de investigación y rigurosidad que debe observar un periodista.
Con un sentimiento de profunda frustración e incomodidad me despido de mis lectores a quienes agradezco la deferencia y atención que me han proferido durante estas cortas semanas en Las 2 Orillas. Espero poder reencontrarme con ustedes cuando las circunstancias lo permitan.
Bogotá, 24 de septiembre de 2014.
