“Los boludos son muchos, no hay forma de cubrir semejante frente, por temprano que te levantes a donde vayas ya está lleno de boludos”: Facundo Cabral.
Mamertos hay por todas partes, creo que Facundo Cabral se refería a ellos cuando decía que “Los boludos son tan peligrosos que pueden elegir hasta al presidente”, eso son los mamertos, unos personajes, sin acción ni opinión, sencillamente manipulados y controlados. No son más que unas marionetas del sistema, de la situación y de los medios, que tragan lo visto pero no digieren lo tragado, y tragan entero.
De mamerto, erróneamente se le tilda a los que son de izquierda. Pero en realidad, mamertos hay en todas las alas de las ideologías, hay mamertos de izquierda, mamertos de derecha, mamertos de centro, mamertos, supuestamente, apolíticos; aunque en realidad estos últimos para mí no son más que cobardes.
El mamerto de izquierda evidentemente es el más reconocido, se caracteriza por defender ideologías de izquierda con palabras clichés, las cuales, convierte en clichés por no conocer realmente su significado y su impacto. ¡Es el imperio! ¡La oligarquía! ¡El colonialismo! Esos mamertos, no tienen ni idea de qué es un imperio, ni qué significa oligarquía y mucho menos, qué es una colonia. Es más, no saben quiénes son los imperialistas en nuestros días y cuáles son las colonias que existen en el mundo, sencillamente se valen de estos términos, que con el tiempo han perdido toda credibilidad y aceptación para justificar ideas, que si bien son justificables, bajo los argumentos de los mamertos, se vuelven estúpidas en su forma.
El mamerto de izquierda es el que más daño le hace a la izquierda, porque no piensa o al parecer no razona, no eslabona las ideas con lógica y no permite llegar a conclusiones fuertes, a partir de premisas sólidas, generando que cualquier tesis sea fácilmente derrumbada por los opositores, haciendo quedar, a la izquierda en general, como vacía y hueca, cuando, la realidad es otra.
Por su parte, los mamertos de derecha también existen, ¡y vaya que existen! ¡son una plaga! los hay por todas partes, parece que se multiplicaran como ratones, uno camina por la calle y los ve por todas partes, con sus caras de mamertos de derecha, con sus opiniones de mamertos, con esa seguridad y esa prepotencia que los caracteriza y que sienten respaldada por el establishment y la prensa. Los mamertos de derecha son esa gran masa que acude a las urnas de votación, y se vienen imponiendo como una mayoría en Colombia desde hace décadas. Son esos mismos que dicen que “¡Uribe ha sido el mejor presidente del país!” Pero si uno les pregunta si conoce los planes de gobierno de los presidentes anteriores, la respuesta evidentemente es un no. ¿Ven? ¡Mamertos!
Los mismos mamertos de derecha son los que se oponen a la izquierda, al comunismo, los que mezclan keynesianismo con comunismo, socialismo con comunismo, chavismo con comunismo, marxismo con intervencionismo, lo mezclan todo, no saben nada, no entienden nada, ¡son peligrosos! A todo le llaman “castrochavista”, sienten que cualquier intervención del Estado es un castrismo. Odian, aborrecen y detestan el comunismo, pero nunca en su vida han leído el Manifiesto Comunista, mucho menos El Capital ni alguna de las tesis de Marx. ¡Por favor! ¡Mamertos!
Del mamerto apolítico, ni hablemos, no vale la pena. No es más que un cobarde, en todo el sentido de la palabra, le gana la pereza, no puede con un texto de seis párrafos, ¡es imposible! Se hace llamar apolítico para justificar su falta de compromiso con los temas del país, para justificar la flojera, para justificar la apatía que le genera leer noticias y enterarse de la situación nacional. Peor aún, se hacen llamar apolíticos estos mamertos, para justificar su falta de conocimiento sobre los temas económicos, políticos y sociales, para justificar su ignorancia, ignorancia que termina depositando votos en las urnas y eligiendo funcionarios públicos.
El país está lleno de mamertos, y parece increíble, pero abundan los mamertos de derecha y estos cobardes apolíticos, flojos, perezosos, ignorantes. Eso lo vemos reflejado en los presidentes y en los legisladores que hemos tenido en los últimos cuatrienios. ¡La mayoría son elegidos por mamertos! Qué peligrosos que son, si usted tiene algún mamerto cerca, por favor, cuídese, al parecer se contagia.