Una tormenta de diferentes tonalidades de color azul impregnan la pantalla de cine anticipando una experiencia visualmente extravagante que nos advierte, que detrás de esa bella pintura que se va formando, también en el fondo hay una tragedia que está por nacer: el matrimonio.
The Extraordinary Tale de los directores Jose F. Ortuño y Laura Alvea, puede ser el retrato más demoledor de este compromiso desde Who's Afraid of Virginia Woolf? de Mike Nichols 5X 2 de François Ozon, con una similitudes muy particulares al estilo de Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet. Es española, es hablada en inglés y tiene un sentido del humor perverso en el más dañino y delicioso sentido de la palabra. No es de fácil comer por supuesto, la película ladra y muerde y propone esa verdad que muchos padres no se atreven a confesar, el sacrificio que implica tener un hijo y ese deseo silencioso de vivir la vida en pareja, dedicada única y exclusivamente a la sexualidad y a la libertad de amar, juguetona y descaradamente.
Todo sucede en el encierro absoluto, nunca vemos un exterior. Un par de personajes loquísimos con el hábito de mandar cartas no por correo electrónico, sino escritas con máquinas de escribir viejas a gente desconocida y esperando ansiosamente una respuesta, resultan encontrándose entre sí, a través de cartas muy al estilo de Mary & Max e iniciando una relación romántica, en el que ninguno de los dos, sin idea de la vida en pareja ni de sexo, terminan por escribir la carta más extrema que pueda dedicarse una pareja entre sí: la paternidad.
Deliciosa y extremadamente feroz, The Extraordinary Tale no llega para caerle bien a todo el mundo, pero si para dar una lección de furia e ingenio por fuera de los parámetros normales, de la clase de comedia romántica negra como las que estamos acostumbrados a ver.
Deja un gustico raro, picante, inmoral.