El 17 de agosto el Ejército de Colombia decomisó gigantesca caleta de municiones pertenecientes a Farc. Con eso se pregunta uno cómo es posible que todavía no se sepa realmente cuál es el inventario de este grupo.
En los últimos años se ha tratado de averiguar exactamente los balances y los estados financieros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sin embargo, todos los estudios que se intentan hacer son complicados por la falta de información. En el 2012, The Economist afirmó que los ingresos anuales de esta organización estaban entre 200 y 3,5 mil millones de dólares, lo cual es un margen extremadamente amplio y a la final da más incertidumbre. Además, suponen que desde la época en la que eran 18.000 combatientes hasta hoy sus finanzas han disminuido.
Por otra parte, al cruzar cifras con el Gobierno Nacional, las Farc cuentan con 6.230 combatientes y el doble en personal de apoyo con dotación de armas personales, tienen 24.920 armas ligeras y 4.392 de apoyo como lanzacohetes y ametralladoras. Igualmente, el presupuesto anual de la organización está entre 1,3 y 5,2 mil millones de dólares por año.
“En 2013, el economista colombiano Salomón Kalmanovitz calculó que los ingresos anuales de las FARC por el narcotráfico eran de unos US$1,7 mil millones, mientras que ese mismo año las estimaciones conservadoras de las investigaciones de InSight Crime sugirieron que la guerrilla ganaba más de US$200 millones por el narcotráfico” (2016, es.insightcrime.org).
“Al año siguiente, Forbes Israel publicó estimaciones según las cuales las FARC tenían un ingreso anual de US$600 millones provenientes de tráfico de drogas, secuestro, explotación minera y extorsión, lo cual supuestamente la convierten en la tercera organización “terrorista” más rica del mundo” (2016, es.insightcrime.org). Como podemos ver hay demasiadas aproximaciones que no van dando un norte para poder identificar de una manera más exacta los estados financieros reales de esta organización.
El actual gobierno no le ha dado tanta importancia al tema financiero de las Farc, ni a su relación directa con el narcotráfico y la guerrilla. Tal vez evita con esta desinformación la indemnización a las víctimas.
Es por esto que cada día se va nublando más el panorama. Según The Economist, hay temores entre los funcionarios de los organismos encargados de controlar el lavado de capitales de que el dinero acumulado en el extranjero ingrese de nuevo a Colombia después los acuerdos ya firmados, y que no habrá suficientes recursos para impedir este flujo. Finalmente cabe decir que entre más incierto sea el patrimonio de Farc, mayor será el riesgo para la economía del país.