El 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha especial para valorar la riqueza cultural y las tradiciones de las etnias en todo el mundo.
Este año tuve el privilegio de compartir esta conmemoración con la Institución Educativa Chenche Balsillas, ubicada en el resguardo indígena que lleva el mismo nombre, en el municipio de Coyaima, Tolima.
Cada parte del programa de conmemoración de la Institución Educativa destacó los elementos más importantes de la cultura del pueblo Pijao, dejando en evidencia tanto su valor como la necesidad urgente de asegurar su permanencia en el tiempo.
La revitalización cultural busca mantener vivas las tradiciones culturales de un pueblo, asegurando que se transmitan de generación en generación, a partir de procesos que no solo refuerzan la identidad y el sentido de pertenencia, sino que también impulsan la economía local, protegen los recursos naturales y facilitan la enseñanza de saberes ancestrales, creando un entorno que favorece el bienestar colectivo.
La mañana lluviosa causó un pequeño retraso en la llegada de los asistentes, pero el programa comenzó con solemnidad al entonarse los himnos. Primero, el Himno Nacional de Colombia, seguido del “Bunde Tolimense” de Garzón y Collazos, que representa al sur del departamento.
Luego se escuchó "Dulce Coyaima Indiana", himno del municipio, y finalmente, el Himno de la Guardia Indígena, así entre el bien germina ya … nacer, vivir, morir amando el Magdalena … porque soy hijo de Coy, pijao de gran altivez y fuerza, fuerza, por mi raza, por mi tierra; se agrega el primer elemento a la receta de revitalización cultural, es decir la reafirmación de los lazos que se establecen entre el territorio nacional y local como del valor guerrero y de resistencia que identifica a los pijaos.
Después de los himnos, tomaron la palabra Claudina Prada, guardiana de semillas, los gobernadores de los resguardos de Chenche Balsillas, Lomas de Ilarco, Agua Fría, Amayarco, Palonegro, Zanja Honda, Chenche Zaragoza, Chenche Medialuna y Tutulia Bonanza; la guardia indígena a la cabeza de Cenen Cardozo y Luz Ángela Yate, y el rector de la institución, Misael Prada, también líder de la comunidad.
Las intervenciones de los mayores, junto con las autoridades y líderes, son fundamentales, ya que ellos son los encargados de preservar la estructura social y política de los pueblos, y de la guía y apoyo a los planes de vida que asegurarán el bienestar de las futuras generaciones, representando así el segundo elemento de la receta de revitalización.
A continuación, los estudiantes presentaron explicaciones sobre plantas medicinales, realizaron bailes tradicionales y hablaron sobre los derechos de los pueblos indígenas. Esta parte de la celebración reflejó el esfuerzo de los pijaos por recrear su cultura, ya que gran parte de sus tradiciones y lengua fueron eliminadas e invisibilizadas como castigo por su resistencia a la conquista.
La recreación cultural tiene dos caras: por un lado, si no se lleva a cabo de manera auténtica y respetuosa, puede distorsionar o comercializar las tradiciones, reduciendo su verdadero valor cultural. Por otro lado, es fundamental para mantener vivas las tradiciones, reforzando la identidad y el sentido de pertenencia de la comunidad.
Cuando es un proceso genuino y orgánico, la recreación cultural se convierte en un tercer elemento de la receta, al involucrar a las nuevas generaciones en la transmisión de conocimientos ancestrales, protegiendo así el legado cultural de la comunidad.
El acto siguió con la olla comunitaria, en la que participaron los invitados al combite en la consecución y la preparación de los alimentos. Todos se formaron en una fila para recibir la misma ración, sin importar su cargo o estatus.
La comida, una sopa de tubérculos acompañada de arroz, carne y una totuma de chicha dulce, fue un momento de unión. Compartir los alimentos es esencial para fortalecer los lazos comunitarios y recordar que son un cuerpo organizado, cuyas tradiciones y aspectos culturales se mantienen vivos tanto en la vida diaria como en eventos especiales de la comunidad indígena.
La receta se completó con la simulación del techado de una enramada, una estructura separada de la casa cuya función es proporcionar sombra y frescura en las cálidas tierras del llano del Sur del Tolima. Con esto, se concluyó un proceso que, más allá de ser un simple acto conmemorativo, ofreció la oportunidad de entender que el pueblo Pijao tiene una cultura viva, revitalizada y con una proyección hacia el futuro.
