Hoy 9 de septiembre conmemoramos en el país el Día Nacional de los Derechos Humanos. Sin embargo, en esta fecha se dio origen a una insatisfacción hacia el cuerpo armado policial, que ha tenido un incremento conforme transcurren los días, las protestas y las muertes. No es en vano esta insatisfacción, en tanto Javier Ordóñez terminó muerto el 9 de septiembre de 2020 en un claro atentado contra los derechos humanos (vaya forma de conmemorar ese día) y ante las protestas y descontento en las calles, el 10 de septiembre se convirtió en una masacre que dejó un saldo de 10 personas muertas.
Desde esa fecha la policía cambió su uniforme por un tono azul y el presidente de la república en varias ocasiones se ha disfrazado de oficial. Aunque se enmarca un cambio en la formación en derechos humanos para el cuerpo armado, la imagen desfavorable de la policía se incrementa a más del 50 %. Los cuerpos policiales se perfilan como el brazo armado de ciertas élites, puesto que la manera en que se ejerce la fuerza no es proporcional a los hechos cuando se trata de la ciudadanía común. De hecho, en las calles se ha incrementado de una manera brutal el crimen y la respuesta de la policía no es efectiva en estos casos.
En Bogotá la alcaldesa se encarga de estigmatizar al pueblo venezolano con discursos y propuestas que parecieran hacer recaer sobre esta población la criminalidad que afecta a la ciudad. Finalizadas las protestas en medio del paro nacional no se han atendido las quejas más acuciantes que reclama la ciudadanía, tales iniciativas se transformaron en proyectos de ley, que al parecer no avanzan de manera debida en su trámite en el Congreso de la República. No obstante, la reforma tributaria a la cual se le hicieron unos retoques fue aprobada en tiempo récord y nos espera una nueva reforma en el gobierno que llegue para 2022, ya que la reforma actual no soluciona problemas de fondo.
Las protestas dejaron también a su paso más muertos a manos del Estado, desaparecidos, atentados contra derechos humanos, diversas vulneraciones que a la fecha no han sido resueltas por parte de la Fiscalía, que guarda un silencio cómplice y que con el pasar de los días parecieran querer archivar en el olvido la verdad y justicia para los ciudadanos. Sin embargo, surge la propuesta de amnistía por parte del líder del partido Centro Democrático, una proposición hecha a la medida para ocultar la verdad y dejar también en el olvido los hechos que están en investigación y condena, que incluso podría cobijarle al propio exsenador y expresidente, bajo su discurso contra la Jurisdicción Especial para la Paz, una de las instituciones que dejó el proceso de paz y que va en curso de seguir destapando la verdad para un país en busca de reconciliación.
Conforme se acercan las elecciones para el año 2022 se siguen incrementando las masacres, los asesinatos contra defensores y defensoras de derechos humanos, así como contra los firmantes del acuerdo, un genocidio que merece esclarecimiento, que se focaliza en ciertos territorios donde están comprometidos intereses en explotación de recursos y donde las élites políticas, en connivencia con el paramilitarismo, siguen sembrando el miedo e impiden el avance de la justica para quienes han sido y son revictimizados con amenazas y atentados contra sus vidas. Esto los lleva de nuevo a un desplazamiento forzado, repitiendo el ciclo de violencia, en tanto las zonas donde hacía presencia la guerrilla de las Farc han sido copadas no por la presencia del Estado con escuelas y hospitales, sino con ignorancia y muerte.