Hoy es 12 de octubre. Hace más de 500 años sucedió el encuentro de dos mundos, un encuentro al que durante las formas clásicas de la historia con sus cicatrices y rigores de imposición se le ha denominado Descubrimiento o Conquista; un encuentro que siendo real y maravilloso en todo el sincretismo y la mezcla de culturas que propició en siglos siguientes (comunidades originarias precolombinas, españoles de múltiples orígenes raciales y posteriormente esclavos negros traídos a las malas), tuvo en todo caso la forma de una invasión agreste, sangrienta, aplastante, sin duda alguna genocida.
Por mucho tiempo a esta fecha se le llamó el Día de la Raza y así se acogió en Colombia siguiendo una definición hispanista; así lo aprendimos hasta no hace mucho tiempo en los colegios en donde unos niños, generalmente una minoría de elegidos, se disfrazaban de españoles y otros se pintaban la cara a la manera de apaches norteamericanos para pasar luego a la reyerta escenográfica en donde los españoles resultaban triunfantes, incluso por el solo hecho de representar a españoles, toda una historia enseñada a las patadas y quizá vivida como tal.
La vida, dicen, se vive hacia adelante, pero se entiende hacia atrás. Hay hoy una vicepresidenta afrodescendiente y se conmemora el Día de la Diversidad Étnica y Cultural, una noción democrática, de reivindicación, de reequilibrio histórico, de ciudadanía, de agonismo, un conjunto de concepciones que deberían hacer de esta, esperaría uno, una sociedad mejor. Ahora se menciona mucho una frase que quizá viene de un líder negro, pero que también los tipos de autoayuda la han plagiado para sí, lo que no le quita validez: Cuando hagan un círculo para excluirte, haz uno más grande para incluirlos a todos.
Desde luego, las comunidades étnicas en Colombia (indígenas, rrom, afrodescendientes, negras, raizales y palenqueras) han sido afectadas miserablemente por prácticas históricas de injusticia, esclavización, despojo de tierras, despojo de lenguas, despojo de ideas.
Las comunidades étnicas en Colombia han sido afectadas miserablemente por prácticas históricas de injusticia, esclavización, despojo de tierras, despojo de lenguas, despojo de ideas
Sería maravilloso y es inaplazable que esto se repare; que se repare así como se ha reparado el nombre de la conmemoración del 12 de Octubre; que se repare de verdad, con educación, con acceso a servicios, con posibilidades de trabajo, con posibilidades de expresión, de poder, no con más vacías y mentirosas peticiones de perdón; sería maravilloso que la Comisión de Reparación Histórica que se instala hoy contribuya a ello, que esto pueda hacerse sin venganzas, sin rabias, sin fáciles juzgamientos de la historia; que se repare concertadamente con las opciones que abre la diversidad, una diversidad que no es solo de razas y culturas, sino también de ideas.
Este país bota humo, hace correr ácido fénico, es un país entregado a la política que no es otra cosa que los realities de los políticos expertos en vender odios y crisis para ampliar sus caudales. Aun así y pese a estos malvivientes, algunos días como hoy, cuando ya no se celebra la raza, ni la invasión, sino la diversidad, uno confía en que la historia no se repita. A algunas personas nada se les puede creer, está a la vista y se corrobora, pero a los propósitos son cosa distinta.
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