Al verse derrotado por la Corte Constitucional, quien le negó la posibilidad de ser reelecto por segunda vez, Álvaro Uribe Vélez, decidió apoyar a Juan Manuel Santos, quien fue su ministro de defensa por tres años (2006-2009), para que fuera su sucesor. Con lo que nunca contó fue con que su candidato estrella, se convertiría en su principal enemigo.
El 20 de junio de 2010 en segunda vuelta, Juan Manuel Santos fue elegido presidente con la mayor votación en la historia de Colombia, venciendo a Antanas Mockus, quien a propósito fue blanco de burlas y críticas por parte de la campaña Uribe-Santos, a tal punto de utilizar las vías religiosas para hacer quedar mal la imagen del rival de campaña.
Aquel día fue el deceso del uribismo en el país. Y digo que ese día porque ahí comenzó el vía-crucis del actual jefe del Centro Democrático, quien un tiempo después de que se posesionara su defendido a capa y espada, tuvo que ver cómo sus promesas de continuar su legado, se desvanecieron por completo. Santos pasó de ser su gran amigo a su más ferviente contrincante.
No obstante, Uribe tendría la oportunidad de recuperar el poder perdido cuatro años después, en las elecciones de 2014 donde tuvo como candidato a Óscar Iván Zuluaga, quien puso en aprietos a Santos hasta llevarlo a segunda vuelta, pero sus esfuerzos fueron en vano, 911.985 votos separaron a ambos candidatos. Nuevamente Uribe perdía en Colombia.
Debió ser tan duro para el ex presidente que le tocó conformarse con ser senador y tener minoría en el Congreso (aun siendo el segundo partido con más votos), la Unidad Nacional se había quedado con la mayoría de curules en ambas cámaras. Pese a que el uribismo optó por listas cerradas y así evitar inconvenientes.
Recuerdo muy bien que la campaña en ese año fue la más sucia que he visto en mi vida, parecía Venezuela - donde se divide la política en dos partidos-, aquí por el contrario, estábamos luchando por si el presidente sería de derecha o de ultraderecha y como si los demás partidos no existieran.
Pero el uribismo no se ha conformado con tener voz en el senado y en la cámara, allí también se ven derrotados cada que la Unidad Nacional hace de las suyas, ni siquiera la izquierda y la oposición de Uribe han podido juntos derrotar las propuestas del gobierno. Se ven forzados a utilizar las redes sociales para ser escuchados, no hay día en que Uribe no trine en contra de Santos, aunque parece que sus letras a veces no funcionen mucho, su ortografía le ha jugado malas pasadas y ni qué decir de sus datos estadísticos y su mala memoria. ¡Ah! se me olvidaba un dato, Juan Manuel Santos tiene más seguidores en Twitter que Uribe, hasta ahí ha perdido el senador.
Ni qué decir de las últimas elecciones en Colombia, las regionales, la Unidad Nacional hizo de las suyas (le funcionó la mermelada a Santos), mientras que el uribismo obtuvo algunas cifras significantes, pero no lo alcanzó para arrasar como estaba acostumbrado.
Los dardos del senador no han podido derrotar al presidente, de pronto lo habrán asustado porque se ha visto en muy malos momentos, aunque dudo mucho que sea por culpa de Uribe, más bien porque su mandato ha sido espantoso, ni siquiera el proceso de paz al que tanto le ha apostado Santos ha logrado mejorar su imagen. Por el contrario, el ex presidente, goza de buena fama.
Ha sido tan poco lo que ha podido hacer el Uribismo en el país que hace algunos días tuvo que salir a marchar pidiendo la renuncia del presidente porque su hermano, Santiago Uribe, fue detenido por la Fiscalía por supuestamente ser uno de los fundadores del grupo paramilitar ‘Los 12 apóstoles’ y aunque las pruebas apuntan a que es cierto, el dueño de El Ubérrimo, aduce que es una “persecución política” del gobierno contra su familia y sus copartidarios.
Tanta fue la ira del jefe del Centro Democrático que tuvo que valerse de un medio de comunicación para hacer ver que la marcha era mayor a lo que realmente fue, en algunas fotografías puede evidenciarse que hubo una manipulación para mostrar más proporción de participantes.
Continuando con el tema de las marchas, a raíz de la situación de su hermano y según algunos representantes del Centro Democrático, se realizó el 2 de abril una marcha, supuestamente para demostrar que el país no acepta las políticas del presidente Santos y rechaza tajantemente el proceso de paz que se adelanta en La Habana con Las Farc. Los asistentes solamente unos 70 mil Las estadísticas lo dicen, y esperaban 8 millones aproximadamente, si bien no fue poca la asistencia, debió ser un fracaso porque siete millones novecientas mil personas no salieron. Con los que asistieron, tal vez se elegiría un senador o un representante a la cámara, máximo dos. Eso debe tener pensando a Uribe y sus compañeros porque esto demuestra una vez más que el ex presidente ha perdido el poder que en algún momento tuvo.
A propósito de las negociaciones de paz, parece que a Álvaro Uribe se le olvidó que en su gobierno quiso iniciar un proceso con el grupo guerrillero de Las Farc- EP, pero que fracasó porque éste no aceptaba algunas propuestas del presidente. Además en medios de comunicación existen evidencias de que Uribe estaba dispuesto a todo con tal de iniciar las negociaciones con dicho grupo al margen de la ley.
Igualmente, el ex presidente sostuvo un proceso de paz con los paramilitares, quienes supuestamente se desmovilizaron en algunos bloques, pero la realidad ha mostrado algo totalmente diferente, mientras el gobierno está negociando con Las Farc, los paramilitares se están alzando en armas, a tal punto de que Venezuela cerró la frontera con Colombia denunciando presencia de algunos grupos en su país y más recientemente, el Clan Úsuga, más conocido como ‘Los Urabeños’ organizó un paro armado en todo el país, sembrando terror en algunos municipios y ciudades, especialmente en Antioquia. Mi pregunta es ¿No se habían desmovilizado en el gobierno Uribe Vélez? Una mentira más del ex presidente al país.
Cabe resaltar que algunos jefes de los paramilitares, extraditados en Estados Unidos, han asegurado en varias ocasiones que han ayudado a Álvaro Uribe y se han reunido con él en momentos decisivos para el país. Al mismo tiempo que el ex presidente y actual senador está siendo investigado por presuntos nexos con dichos grupos al margen de la ley, y que conjuntamente hay investigaciones para comprobar supuestos señalamientos de que Uribe tuvo que ver con algunas masacres perpetradas por paramilitares vinculados con entes del Estado, mientras el senador ha ocupado altos mandos en el país y en algunas regiones.
Cierto o no, Álvaro Uribe ha tenido un largo expediente que lo incrimina en varios casos que aún no se le han comprobado pero que ha dejado a muchos de sus secuaces detenidos o fugitivos. Lo que indica que no es tan inocente pero tal parece que la justicia le pasa por el lado, sin tocarlo.
Regresando al objetivo del artículo, al uribismo se le están acabando las baterías que adquirió en el 2002 y que se han extendido hasta hoy. Al mismo Uribe se le ve deteriorado y con pocos amigos, tal vez la más ferviente de todas sea su compañera Paloma Valencia, que más que su ficha en el senado, parece su amante, lo defiende a muerte, hasta tendrá sueños eróticos con él. Pobre Lina, me huele a que una de las compinches de su esposo le está brillando los cachos. Es igual de arrebatada que su jefe, lengua suelta y viperina, que en ocasiones le ha jugado malas pasadas. Y ni se diga de otros amigotes de Uribe, tal parece que les gusta hablar mucho, aunque a sus espaldas tengan muchas cosas guardadas.
Para concluir, no sé si la justicia algún día actúe para Uribe, lo que sí es cierto, es que Colombia en momentos parece que estuviera despertando y que ‘Alvarito’ se está quedando sin apoyo, habrá que esperar algunos años para ver si realmente tengo la razón o si nuevamente en el país triunfará la mermelada y la hipocresía de quienes tanto daño le han hecho. Pero lo que sí me atrevo a afirmar es que Colombia hace mucho tiempo dejó de ser uribista por culpa del Álvaro Uribe.
Wilson Stiven Jaramillo Agudelo
Comunicador Social- Periodista
Universidad Minuto de Dios- Bello
Apasionado por la comunicación, me gusta leer, escribir y habar de política.
