"¡Mataron otro muchacho!", "Policía muerto en protestas”, “Una madre llora su hijo", "Incendian CAI con policías dentro", "Duque abre mesa de dialogo, pero mantiene el fuego".
¿Cómo vamos a salir de esta? Hoy estamos entre la espada y la pared, entre la represión, la muerte y el caos.
Estamos inmersos en un bucle que crece y solo se alimenta, con tres grandes atizantes: uno que nos empuja dentro (políticas lesivas) y otros dos que siempre crecen juntos: manifestaciones y represión.
Claro que hemos tenido gobiernos corruptos que nos han condenado a la escasez, a un sistema de salud como negocio, a un sistema educativo famélico, a la falta de oportunidades y a muertes de inocentes, un país sin todo, sin nada.
¡Por eso debemos protestar! Claro que debemos alzar nuestra voz ante el inconformismo y los abusos del poder del gobierno, claro que debemos protestar contra la represión. Hoy habitamos un país dónde el gobierno usa la fuerza pública contra la ciudadanía, asesinándola. Esto legitima la protesta, el sentimiento de ira e indignación de los marchantes, y causa actos violentos.
El gobierno ante la subida de violencia en las protestas que la misma fuerza pública provoca no toma el camino del diálogo, toma el camino de combatir fuego creado con más fuego. Más sangre, más muerte. Y la ciudadanía igual, en casos específicos responde con fuego.
Comparto entonces la pregunta de muchos de los colombianos: ¿cómo salimos de esta?, ¿qué de todo solucionamos primero?
Hay algo que es evidente, el gobierno y las fuerzas militares no ven a los marchantes como una expresión social de inconformismo legítimo. Nos ven como un enemigo interno, así lo han dicho en espacios de estrategia militar (conferencia del nazi chileno).
Violencia desproporcionada crea más violencia. Entonces todo pierde el sentido práctico de los objetivos. Manifestantes y fuerza pública se enfrentan en la calle, buscando justicia por mano propia. Las fuerzas del gobierno con armas letales. Y los manifestantes con indignación que puede en ocasiones se traduce en piedras, molotov y fuego.
¿Qué se busca? ¿Habrá un ganador? ¿Cómo se piensa esa derrota? ¿A que está dispuesto el gobierno? Ya hemos visto que está dispuesto a matar, a disparar.
¿Cómo vamos a combatir eso?, ¿con arengas? Me angustia saber que pueden matar a cualquier ciudadano que justamente marche, ¿vamos como ciudadanos a asumir una guerra contra un cuerpo armado?, ¿de qué forma?
Ahora pregunto: ¿cuándo perderían las fuerzas armadas?, ¿cuándo el gobierno cumpla una lista de compromisos?, ¿la idea es obligarlo a que se siente a hacerlo?, ¿esperamos que se les acaben las balas?, ¿por qué ahora se atacan policías quemando un CAI con ellos dentro? Estamos entrando en un círculo de violencia, costoso en vidas de los dos lados.
Así mismo, pregunto: ¿qué quiere el gobierno, cuál es su objetivo?, ¿quiere reprimir y matar hasta "restablecer el orden"? Eso parece. Ya no respeta los derechos humanos, tanta impotencia tenemos que lo que nos queda es exigirle a viva voz que pare la masacre, con esperanza de ser escuchados. Que pedir ayuda fuera de nuestro país, a la comunidad internacional, porque acá dentro, no hay un ejército que nos cuide del ejército, ni una policía que nos cuide de la policía. Ni un aparato judicial que los juzgue.
De los dos lados la opción ante un no acuerdo o ante la no sesión de la contraparte es buscar la muerte o daño al otro, en definitiva una muy cruel MAAN (Mejor Alternativa al Acuerdo Negociado) (Fisher and Ury, 2011).
¿Cómo nos salimos de esta? Tenemos dos caminos, el primero es seguir a la mala... cerrar vías, quemar buses, protestar de noche y exponernos, presionar al gobierno para que se siente a negociar, a sabiendas de que dispara y nos cuesta muertos. Opción que ruego rechacemos por clamor del respeto a la vida.
El segundo camino para presionar, (necesitamos hacerlo y hacer justicia), es seguir acciones estratégicas. Cesar actividades, hacer llamados internacionales, parar, y en general buscar mecanismos de desgaste al gobierno sin tener que esquivar la muerte a diario. Todos unidos, sin tener que amenazar a otros ciudadanos para que se unan al paro.
¿Cómo nos salimos de esta? Propongo que busquemos un camino que no nos cueste más vidas, más amigos perdidos, más madres desconsoladas, más sangre, ni muerte de ningún lado.
En algún momento Gandi pasó por esto que hoy pasamos nosotros, un pueblo sometido a la muerte, un pueblo que al luchar perdía más hermanos. Gandi propuso y ejerció la filosofía de la no violencia. Hoy llaman "tibio" a cualquiera que ose proponer algo similar. Si Gandi viviera, también lo llamarían tibio. ¡Detengamos ya el círculo de violencia!
¡Detengamos ya el círculo de violencia!
¡Paremos la muerte, ruego! Y ejerzamos todos los mecanismos que tenemos a mano para hacer justicia dentro y fuera del país, para que paguen los asesinos, y para que de una vez por todas, le quitemos el poder en las urnas al gobierno criminal de Iván Duque, Álvaro Uribe y Centro Democrático.
#DetengamosYaElcírculoDeViolencia #NoMásViolencia
¡Paremos ya el círculo de violencia! Llamado a Colombia y a la comunidad internacional. ¡Firma la petición!