El año pasado, aún en medio de la pandemia y con restricciones de movilidad, en Colombia se detectaron seis nuevas sustancias psicoactivas.
“Desde 2016 se habían detectado en el país 28 nuevas sustancias psicoactivas, y la mayoría eran de origen sintético; por lo tanto, el panorama de las adicciones ha venido cambiando”, explicó el toxicólogo Ubier Gómez.
Un panorama que se agrava debido a la peligrosidad de estos opioides que pueden generar graves complicaciones de salud de los consumidores.
“Medicamentos tipo tramadol y codeína y análogos de los opioides se vienen empleando cada vez más frecuentemente”, comentó Gómez.
Por su parte, el Gobierno nacional trabaja arduamente para que estas nuevas sustancias sean eliminadas del mercado.
“Avanzamos en la consolidación de una política de drogas con enfoque de salud pública basada en la evidencia”, destacó el jefe de la cartera de justicia, Wilson Ruiz.
Un proceso que se adelanta en operativos de estudio y destrucción de laboratorios de producción en el ámbito nacional. “Se incautaron precursores químicos representados en más de 14 millones de galones de sustancias líquidas, y casi 80.000 toneladas de sustancias sólidas”, reveló Ruiz.
Asimismo, Ruiz destacó que estas incautaciones permiten reducir las posibilidades de que las personas consuman sustancias de dudosa procedencia y graves efectos secundarios.
“Afrontamos un aumento en el consumo de sustancias psicoactivas, naturales y sintéticas y la aparición de nuevas sustancias”, añadió.
Los consumidores de estas nuevas sustancias enfrentan una incertidumbre sobre la dosis y composición. Por eso, este tipo de sustancias están asociadas a muertes y sobredosis. Para este año, según el Ministerio de Salud, se han presentado más de 4.000 casos de intoxicaciones agudas por consumo de sustancias psicoactivas.