Del 5 al 26 de julio, en el Espacio Odeón, que se especializa en las nuevas tendencias urbanas del arte, se encuentra una exposición colectiva de más de diez artistas suizos que trabajan en Ginebra cuyo título responde a las siglas aeroportuarias GVA-BOG. La exposición contó con el apoyo de Prohelvetia (Consejo de Artes de Suiza) y el Cantón de Ginebra.
Las instalaciones, los videos, la fotografía, las esculturas urbanas, el grafiti y el neón son algunos de los experimentos de estos artistas jóvenes. Frédéric Post presenta en el último piso una enorme foto-instalación en donde reproduce una biblioteca bien organizada que cuenta con textos de ciencias sociales, arte, medicina. Pero su tema central son las sustancias y experiencias psicoactivas. En la biblioteca el artista encontró más de 300.000 ejemplares en donde muchos de los temas fueron la marihuana, el chamanismo, la heroína, diarios de drogadictos o relatos de alcohólicos. Post quiere hacer una representación artística que se aleja de la marginalidad de estos temas. Según él: “No se puede hablar de marginalidad. Coleccionando estos dibujos, o coleccionando libros relacionados a los estados de inopia, se muestra que son prácticas comunes. Sin entrar en la moralidad, de si está bien o mal, o en temas de salud, mi visión sobre estos productos y estas prácticas es la de un artista, que no es la misma que la de un periodista, la de un policía, ni la del juez o la de un médico”.
Vidya Gastaldon hace toda una reflexión sobre su viaje a China y la mitología del dragón. En su instalación encontramos un carro de dragón realizado en hilo de lana suspendido del techo. Es una obra frágil que no despierta un interés conceptual concreto en el manejo de los materiales. Por su parte, a Luc Mattenberg le interesa plasmar en la obra las dinámicas de fuerza, las herramientas y vectores de poder mientras en un trabajo totémico se pregunta cómo el poseer empieza a ser la nueva religión del mundo capitalista con raíces judeo-cristianas. Sus obras mantienen una actitud crítica frente a la sociedad de consumo por medio de una realización impecable de las mismas.
David Roux es un artista que dio sus primeros pasos como joyero, y que retoma la crisálida de las mariposas en fotografías y en una instalación de una lámpara. Hay un seguimiento del ciclo natural de la vida, y su interés es fusionar materiales naturales con otros artificiales. Como explica el artista: “No es un conflicto entre los materiales lo que busco sino confrontar diferentes ciclos”.
Vale la pena aprovechar la última semana de exposición para visitar este espacio con historia y huellas del pasado y su exposición de suizos.