“A partir del 8 de agosto a las 8am, se acaba la exploración, la producción y la exportación de petróleo en Colombia”.
Asumir una ramplonería como esta, equivaldría a que la contraparte dijera: “La infraestructura de Energías Limpias, brotará como plantas en una noche, y a la mañana del 8 de agosto ya estaría instalada y generando".
El cambio de modelo energético en Colombia y en el mundo, requiere de un proceso de transición. ¿Cuánto tiempo demandará? Todo depende del compromiso principalmente de los países que generan más Co2 a la atmosfera. Y del compromiso de todos los gobiernos con yacimientos y reservas de petróleo y carbón.
Pero, veamos un aspecto: La crisis en materia de combustibles fósiles en Europa –debido a la guerra y a las mutuas sanciones–, tienen como blanco la población civil, como siempre ha sido el blanco de afectación en todos los conflictos. Esto obligó a E.U. y Europa a replantear su postura frente al gobierno de Venezuela.
De la misma forma la crisis que golpea a Venezuela, le obliga a replantear sus posturas en el mismo sentido, creando un ambiente favorable a la diplomacia. Lo que se traduce en que, Venezuela surtirá parte de las necesidades de petróleo a Europa y Colombia hará otro tanto, especialmente con la exportación de carbón a Alemania.
El gobierno entrante ya se pronunció. Exportará crudo y carbón, en la medida que el mundo por la crisis lo requiera, y esto a su vez, le generará un recurso extra a la nación, que obviamente debe ser aprovechado. Sin ignorar el desplome mundial de los precios del crudo.
“¿Dónde quedó la política energética del nuevo gobierno?” Colombia transitará un proceso a la par con el mundo, para llegar algún día a no depender de las energías fósiles. Sería totalmente inconsecuente, no vender petróleo y carbón, que aún está en proceso de producción, al mundo que lo demanda con urgencia.
Pero aquí hay algo en que pensar más consecuente: toda esta crisis energética derivada de la la guerra, es un campanazo al mundo, para que asuman los países con mayor celeridad, el tránsito a las energías limpias, pues, ya sea por una crisis como la actual u otra generada por cualquier otro factor.
El mundo tiene que dejar de depender de combustibles fósiles. De tal suerte que no es el propósito de un gobierno aislado de los otros, sino el camino ineludible del mundo.
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