Hacia la media noche el Presidente Santos y el ministro de Ambiente Gabriel Vallejo decidieron suspender la licencia de explotación minera que había recibido la petrolera Upecol para intervenir con la exploración de 150 pozos en la Serranía de La Macarena, donde se aloja el santuario de Caño Cristales y que afectaría los ríos Lozada, Duda y Guayabero. El tras píe deja en evidencia el desteñido trabajo de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), en cabeza de Fernando Iregui, quien ayer fue el principal blanco de un alud de críticas por la cuestionada licencia.
El comunicado oficial del MinAmbiente dice que le solicita a la Anla “revisar con los fines de suspensión, revocación o decaimiento, la expedición de la licencia ambiental para exploración de hidrocarburos en los municipios de La Macarena y San Vicente del Caguán”. Además de ser un enclave de biodiversidad y riqueza hídrica para el país, se trata de territorios estratégicos para la apuesta por la paz que se negocia en La Habana, por lo que nadie cree que la ahora suspendida licencia haya sido una ocurrencia individual de Iregui. Todo indica que el gobierno nacional está reculando en un episodio del que está saliendo chamuscado el director de la Anla.