Después de 74 años ¿Un giro en la historia de Colombia?

Después de 74 años ¿Un giro en la historia de Colombia?

Aunque los candidatos actuales representan una opción alternativa, sus programas y su posible forma de gobernar se diferencian. Ahora está en manos de los votantes

Por: HENRY GALLEGO BEDOYA
junio 17, 2022
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Después de 74 años ¿Un giro en la historia de Colombia?
Fotos: Leonel Cordero/Canva

Resulta que el 9 de abril de 1948 se eliminó la última y única opción de que la izquierda entrara al poder por vías democráticas, es decir, por medio del voto popular. Este proyecto quedó abortado con la muerte de Gaitán. 

Recordemos aquella frase de él que fue algo premonitoria cuando dijo: “Si me matan, en 50 años las aguas no habrán vuelto a su cauce”. 

Por supuesto que tenía razón. Aquella era una oportunidad histórica, única, que la gente de su tiempo tal vez no entendió, pero él sabía el “papel del individuo en la historia”, él sabía que estaba rompiendo con la hegemonía liberal y conservadora, aunque no aspirase al socialismo (Gaitán creía en un capitalismo humano), ni dijera que era de izquierda, porque siempre se presentó como liberal.

Pero el régimen sabía que, por encima del lenguaje, estaba rompiendo con la oligarquía en el dominio de los privilegios económicos. 

Hoy 74 años después un candidato de izquierda democrática vuelve a tener oportunidad, luego de muchos gobiernos liberales, conservadores o de otro partido, pero en todo caso continuadores del establecimiento. 

Entre los dos candidatos, el uno representa romper con el continuismo. El otro, a pesar de su discurso populista o quizás por ello mismo, es un continuador, no representa amenaza para el dominio de la oligarquía. 

Es fácil demostrar por qué Petro representa el cambio: no es porque sea socialista, que su modelo económico vuelve a ser el capitalismo humano. 

No es porque sea guerrillero, que guerrilleros hay también en el Centro Democrático. No es porque sea enemigo de Uribe, que Uribe tiene también enemigos en la derecha. 

Es porque su discurso, su narrativa ilumina la realidad social colombiana. Por lo tanto, su acción administrativa iría en el sentido de devolverle el poder a los ciudadanos, cosa que él no podría lograr en 4 años, pero el camino quedaría trazado.

En otras palabras, cambiando lo que se debe cambiar, Petro es un segundo Gaitán. Pero esta vez eliminarlo quedaría muy feo, mostraría que no hemos evolucionado mucho. 

Entonces se acude a las otras vías: la guerra sucia, la lavada de cerebro de los ciudadanos primero a través de los medios masivos y luego el apoyo que se puede rematar con la Registraduría, además de muchos otros sistemas que ya han sido conocidos por la población. 

Y puede que les dé resultado porque, a decir verdad, el salto de 20% al casi 50% de Rodolfo Hernández muestra que la guerra sucia sí funciona o, por lo menos, la desinformación del ciudadano como campaña. 

El candidato no sólo no representa un cambio, sino que claramente va a gobernar en contra del pueblo, no solo por sus antecedentes. 

Ese candidato tiene patente de corso por parte de la oligarquía. Lo cual dice mucho acerca de lo que va a ser su gobierno.

De lo contrario, estaríamos en la mejor de las situaciones históricas. Pero no es la mejor, es la más difícil. 

Entonces la pregunta es: ¿Si Petro no gana, como teníamos referenciado hasta hace un mes, cuánto tardará la historia en devolverle a un candidato de izquierda democrática la oportunidad de llegar por vías pacíficas al poder, lo que Gaitán hubiera llamado “retornar las aguas al cauce”? 

Uno podría responder a esta pregunta diciendo que si no es en ésta, es en la próxima. Me temo que no es así de fácil. 

Las cosas no dependen ni de que haya una figura histórica con la personalidad o la narrativa de Gaitán o Petro. 

Eso no basta. Tampoco dependen solamente de que si en 2022 nos acercamos y estuvimos a punto, en el siguiente gobierno se obtendrá la victoria por primera vez de una izquierda progresista. 

No, ambos factores por sí solos son insuficientes. 

Fíjense que contamos con figuras sustitutas como Iván Cepeda o Francia Márquez, que si Petro pierde accederían a liderar la izquierda democrática. 

Pero este momento histórico es tan crucial, que el acceso de un tercer intento podría quedar pospuesto para dentro de muchos años, porque el triunfo del continuismo habría demostrado que el momento de mayor oposición popular tuvo su cresta con Petro. 

Y lo que seguiría existiendo sería una serie de gobiernos de derecha disfrazados de centro, o sea, más de lo mismo.

Podrían seguir otros 30 años de gobiernos continuistas que no darían solución al problema de la realidad social colombiana. Un estancamiento del país en términos de aumento de la pobreza, pérdida de derechos, etc. 

También podría ser que en 8 o 12 años llegue esa tercera ola de democracia progresista hasta el poder por el posicionamiento de una nueva figura o de una de estas que mencioné. 

Pero siempre que al momento de llegar sean el cambio, porque no se trata de quién llegue sino el cambio que represente.

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