La radiografía de la organización electoral que presidirá las elecciones presidenciales en la mayoría de sedes de la Registraduría es de funcionarios nombrados en provisionalidad con contratos próximos a vencer, llegados al cargo sin inducción alguna.
Además, varias oficinas están a cargo de un solo empleado que llega sin hoja de ruta, pero con una recomendación, y es recibido de ordinario por funcionarios itinerantes que continuamente están en permiso o quizá degustando café en la tienda de la esquina.
Las instalaciones de la Registraduría en gran parte del país, incluso en municipios cercanos a la capital de la República, lucen abandonadas, con goteras; sin la infraestructura administrativa y técnica adecuada y necesaria; fuera de un mobiliario que demuestra la dejadez del Estado.
Cientos de supernumerarios contratados para la inscripción de cédulas trabajan en plena vía pública a sol y agua, incluso en la capital de la República.
En muchos municipios los jurados de votación no se han integrado, faltando poco más de un mes para las justas electorales, pese a que los secretarios de gobierno están al tanto del buen desarrollo electoral. Así se prepara Colombia para las elecciones del 27M y con esa infraestructura dejó un sabor amargo con los comicios del 11M.
El anterior escenario no es de ahora sino de hace 70 años cuando en 1948 se creó la Registraduría Nacional del Estado Civil y se impuso el control partidista de la organización electoral, en ese tiempo Partido Liberal y Conservador exclusivamente. Desde 1991 ingresaron a repartirse el botín de la Registraduría y Consejo Nacional Electoral más de una decena de partidos políticos.
La Registraduría Nacional del Estado Civil, excesivamente politizada, siempre ha estado en la mira para borrarla del organigrama burocrático. Con ocasión de los Acuerdos de Paz del 24 de noviembre de 2016, entre el gobierno y la guerrilla de las Farc (hoy Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común), se creó la Misión Electoral Especial, integrada por siete expertos que han recomendado suprimir los actuales órganos electorales en Colombia: el Consejo Nacional Electoral y la Registraduría. Cabe anotar que la Registraduría en Colombia es responsable de la identidad de las personas y organizar comicios electorales.
Ahora bien, algunas de las denuncias que se han hecho públicas desde el año pasado en la Registraduría Nacional del Estado Civil refieren que allí impera la parcialidad, desorganización, politización y no implementación de la carrera administrativa.
Sobre este último tema, hace 15 años a través del Acto Legislativo 01 de 2003 se ordenó que la Registraduría Nacional tendría un régimen de carrera especial mediante concurso de mérito, el cual hasta ahora sigue sin reglamentar. Se van a cumplir 10 años en los que mediante sentencia de la Corte Constitucional en el año 2009 dispuso el desmonte del bipartidismo en la Registraduría y no se ha cumplido.
En medios cercanos a la Registraduría se afirmó que los problemas no son solo esos, sino la supuesta falta de otorgar miles de documentos de identidad a indígenas que habitan lejos de la capital y habitantes en condición de calle que continúan sin cedular o entregar el duplicado de la cédula de ciudadanía.
El Sindicato de Trabajadores de la Registraduría Nacional, Sintrareginal dijo que “es necesario actualizar algo de la estructura interna de la organización electoral, por ejemplo, eliminar la dualidad de funciones en las delegaciones departamentales, rezagos del frente nacional, fortalecer y actualizar las normas del código electoral, fortalecer las etapas de escrutinios, financiación de campañas y control”.